Ya mañana es 28 de diciembre y, seguramente, los "ingeniosos" editores decidirán colocar en las portadas de sus diarios algunas notas falsas, seguidas del nefasto corolario: "inocentes palomitas que se dejan engañar", como si hubiera alguien en este país que se creyera cosas tipo "La FIFA permitirá que los futbolistas rematen con las manos"; o "Avergonzados por la injusticia que representa, magistrados de la SCJN devuelven aguinaldos"; o "Diputados eliminan los privilegios de los partidos políticos ", por ilustrar el nivel de "chistosadas" que leeremos mañana.
Desconozco cuál sea el origen de tan "amena" práctica periodística; lo cierto, es que me parece se está acercando a su fin.
Y no, no estoy prediciendo el futuro, eso se lo dejo a Madame Sasu. Yo únicamente anuncio una posibilidad que se dibuja ante la manera de comportarse de los políticos mexicanos, que cierra las puertas a toda broma posible, porque ellos se adelantan. ¿O acaso eso de "tengo la capacidad económica y recursos propios que me han permitido construir un patrimonio propio para mí y para mis hijas" pronunciado por la esposa del presidente Peña a propósito de la Casa Blanca, no era digno de ser cerrado con un "inocentes palomitas"?
Algo similar podría decirse del "Es un hecho que todos los pronósticos disponibles sitúan el crecimiento de México en 3.9 % por ciento para 2014", que repitió el secretario de Hacienda, Luis Videgaray durante todo el primer semestre del año; ¿no hubiera sido más congruente que nos espetara después un "inocentes palomitas", al menos para no quedarnos con la sensación de que de plano no tiene ni la menor idea de lo que hace?
¿Qué tal si al "Michoacán ha superado la crisis de inseguridad" pronunciado por Osorio Chong por ahí de julio, le hubiese seguido un "inocentes palomitas", antes de que llegara la nueva matanza de la Ruana en diciembre? O por qué no nos lo dice el propio Peña Nieto cuando afirma hace unos días que "la meta es lograr un México libre de violencia, de impunidad y de corrupción", porque debe estar bromeando, ¿verdad?
Pero no sólo los priistas nos han recetado este año con expresiones insólitas. Cómo olvidar aquel "la fiesta no fue pagada con dinero público" de los legisladores panistas, que acabó por adornar el "no vi otra cosa más que mujeres bailando" del diputado Zapata Perogordo; o el "Salida de Cuauhtémoc Cárdenas, cimbra, pero no afecta al PRD" dicho por el dirigente de ese partido en Sonora. ¿A poco no debieron terminar con su "inocente palomita"?
La realidad es que la política se ha vuelto tan frívola que resulta difícil tomarla con seriedad. La "puntada" de Morena, de la rifa de candidaturas a diputaciones federales entre sus 3 mil miembros más destacados, bien puede ser el broche de oro para este 2014, que fue todo un año de los inocentes. Así es que, editores, ya les ahorraron la chamba, no nos atormenten mañana con sus malas bromas.