Doctor en Casa

Aprendiendo a volver a vivir

La vida de los padres no se acaba cuando los hijos se van de casa

Héctor Salazar Ortiz

Llega un momento en la vida de todo padre y madre en la que se tiene que aceptar que los hijos han crecido y deben seguir con su propia vida fuera de casa. Cuando esto pasa, los padres pueden llegar a sentir un sentimiento de abandono tan grande, que se llega a desarrollar una depresión muy profunda. Esto se conoce como el síndrome del nido vacío. Aunque está considerado como un estado transitorio más que duradero, sigue siendo de mucha importancia por la incidencia que tiene en los núcleos familiares. Tanto hombres como mujeres experimentan esta transición. Sin embargo, se considera un poco más estresante para las mujeres, ya que conlleva la pérdida de los principales componentes del rol de madre, un rol que tradicionalmente viene siendo el principal objetivo en las vidas e identidades de muchas mujeres.

Tanto en la tradición popular como clínica, el nido vacío es a menudo visto como un cambio perjudicial en el bienestar físico o psicológico de la mujer. Los síntomas varían desde un sentimiento de vacío y tristeza, hasta imposibilidad de cumplir con las tareas y fatiga.

A continuación se presentan una serie de consejos para poder superar este síndrome y mejorar la vida de los padres y madres después de que los hijos abandonan el hogar.

Acepta la Pena

Uno de los primeros y más importantes pasos al despedir a los hijos es descubrir y aceptar que lo que se experimentará es una forma real de pérdida y que es normal batallar para recuperarse. Si se está teniendo dificultad es mejor reconocer el problema a tratar de taparlo.

Prepárate para la partida. La partida de los hijos no viene de la nada. Normalmente se sabe que se irán meses antes de que suceda. Una forma de prepararse para afrontar el sentimiento de tristeza es tomándose el tiempo para enseñarles a hacer lo básico para poder cuidarse solos. Tratando de disfrutar en cada paso. Si no se sabe que se irán de casa hasta el último momento, no hay que entrar en pánico. Se debe aceptar y recibir la noticia con alegría. Aunque puede causar miedo, es mejor para ellos si se sienten apoyados y amados. Recuerda que si el hijo está decidido, es muy probable que pase, así que es mejor estar de su lado y disfrutar el proceso.

Deshazte de ideas aterradoras

En ocasiones, los hijos no tienen alternativa de elegir el quedarse en casa o irse. Esto pasa cuando reciben una beca para una universidad, eligen una maestría o consiguen un trabajo en otra ciudad o país. En este caso, tanto los padres como los hijos experimentarán toda una serie de emociones que van desde temor hasta euforia. Es importante entender que cuando cada uno se integre a su nueva rutina, todo será más familiar, divertido y próspero. Hay que recordarles a los hijos que siempre podrán volver a su hogar. Esto les dará a ambos un sentido de pertenencia y seguridad. Esto no significa que debas ofrecerles enérgicamente el volver a casa como una opción ni que pongas todo en orden para ellos. Permíteles aprender a hacer las cosas por su cuenta.

Mantente en contacto. Cuando los hijos se hayan ido, se experimentará una sensación de soledad y vacío, así que es importante el tener una comunicación constante para conservar un sentido de unidad familiar. Afortunadamente, en la actualidad es muy fácil estar conectados. Antes de que se vayan, sería bueno asegurarse de que los hijos tengan un teléfono celular aceptable. Puedes llamarlos, mandar mensajes de texto o correos electrónicos. Sin embargo, ten en cuenta que a medida que pase el tiempo, los hijos podrían no responder con tanta frecuencia. Esto es parte de su inserción y desarrollo dentro de un nuevo grupo de relaciones, por lo que no significa que hayas dejado de importarles.

Acepta la ayuda.

Si con el tiempo te das cuenta que te está costando mucho trabajo el recuperarte o que sigues sintiendo un profundo sentimiento de vacío o tristeza, es probable que necesites ayude profesional. Puede ser que estés pasando por una depresión o una enfermedad psicológica similar que te imposibilita el volver a tu vida normal luego de que tus hijos se hayan ido de casa. También sirve la honestidad con uno mismo, aceptando que lo que está pasando es real e importante, pero pasajero.

Enfócate en tus propias necesidades.

La forma en que elijas percibir la partida de tus hijos influirá en tus sentimientos y en tu enfoque. Si lo ves como un gran agujero te sentirás mucho más deprimido que si lo ves como una oportunidad para liberarte y revivir algunos de tus propios intereses y pasatiempos. Debes evitar crear un santuario de la habitación de tu hijo. Puedes recoger el cuarto una vez que se haya ido y cuando sea pertinente, hacer una nueva habitación para hacer un estudio de lectura, una sala para convivir o un taller para realizar actividades que te gusten. Debes tratar de forjar nuevas amistades y revivir a las antiguas. Recuerda que no eres la única persona que está pasando por algo así. También puedes hacer cosas que nunca pudiste hacer mientras te dedicabas a la crianza de tus hijos. Aprender a pintar, sobre fotografía, experimentar la caída libre, conseguir un nuevo trabajo o viajar. Todo es posible ya.

Evalúa tu estado romántico. El dejar ir a los hijos se convierte en una buena oportunidad para analizar tu matrimonio. En un artículo de la publicación estadounidense The Wall Street Journal, se menciona que las parejas tienden a tener problemas al momento de que los hijos dejan el hogar, pues se dan cuenta que no tienen mucho en común pues descuidaron su relación durante todos los años de crianza. Sin embargo, el doctor Charles Schmitz, quien ha realizado cientos de investigaciones sobre el nido vacío, argumenta que esto no es necesariamente cierto. Los resultados de sus estudios indican que a las parejas que han tenido matrimonios felices y exitosos no les llega a afectar tanto la partida de sus hijos y que las parejas con matrimonios difíciles son mucho más propensas a sufrir este síndrome del nido y tener problemas. De cualquier forma, es recomendable no pasar esto por alto y estar pendientes. Si se llega a volver difícil, es recomendable buscar ayuda por medio de terapia de parejas.

Recuerda

Debes recordar que el hecho de que los hijos se vayan es un paso natural en la vida de las personas. Ten en cuenta que la relación con tus hijos cambiará cuando se conviertan en adultos. Trata de no tomar grandes decisiones hasta que hayas superado la pena de este síndrome. Al final, lo más importante es darse cuenta que si los hijos están listos y dispuestos a volar del nido, significa que los padres han hecho un buen trabajo.

FUENTE: www.med.nyu.edu; www.examiner.com; www.wikihow.com; www.fun-humanismo-ciencia.es; www.netdoctor.co.uk; www.online.wsj.com

Leer más de Doctor en Casa

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Doctor en Casa

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 999854

elsiglo.mx