Académico. La institución ofrece al público en general licenciaturas, maestrías, doctorados, cursos y talleres, presencial y en línea.
En 1993, tras un largo proceso de restauración, la casa ubicada en Álvaro Obregón número 99, de la Ciudad de México, inició una nueva historia como Centro de Cultura Casa Lamm, proyecto que surge con la idea de convertir a este inmueble en un espacio vivo, plural y participativo, para la plástica y la literatura.
El empresario mexicano Alejandro Burillo Azcárraga, Presidente del Patronato de Casa Lamm, comparte parte de la experiencia de estar frente a uno de los proyectos independientes, de formación y difución artistica, más importantes del país, en los últimos veinte años.
¿Qué tan difícil es convencer a la iniciativa privada de invertir en un proyecto con vocación cultural?
Es difícil en el sentido de que hay que tener una visión más allá de los negocios. El empresario se concentra primeramente en ver que cualquier proyecto sea viable económicamente, pero en el caso de la cultura, no se puede visualizar siempre con la mirada comercial, pues resulta casi imposible hacer negocio con la cultura.
Desde su experiencia personal, la iniciativa de quien invierte en cultura, ¿ha logrado contagiar el mecenazgo a otras personas?
Afortunadamente cada vez hay más casos importantes en el mundo que nos han invitado a los empresarios a hacer un símil de ellos. Un caso muy claro y cercano es el de Estados Unidos, donde el gobierno americano ha entendido la importancia que significa que los grandes mecenas dirijan grandes recursos en el desarrollo de la cultura de su país, dando incentivos fiscales y creando sociedades conjuntas del sector privado y público para proyectos multimillonarios.
Así han surgido las grandes fundaciones que han hecho posible la creación de los museos más importantes del mundo, y de innumerables proyectos para el desarrollo de la educación. Algo similar sucede en los países europeos. En América Latina estamos todavía rezagados en este tema, pero pienso que hay voluntad de seguir avanzando.
¿Cuál es la mayor responsabilidad de quienes integran un patronato?
Principalmente lograr objetivos definidos y ver que los recursos se destinen eficientemente en el desarrollo de las metas y presentar un informe claro y transparente de los resultados. Desde luego es muy importante que cada miembro del patronato se comprometa con el objetivo y desde su situación personal ofrezca soluciones creativas a la evolución de los mismos.
¿Cómo funciona la sustentabilidad de la Casa Lamm?
En el caso de Casa Lamm, no hay un patronato como tal. Se conformó un consejo administrativo que yo presido desde su fundación en 1993, para dar una visión práctica al proyecto y viable a través de mis empresas.
El Consejo de Casa Lamm está integrado por sus cuatro directoras - Germaine, Claudia y Cecilia Gómez Haro y Elin Luque- y contamos con la asesoría de algunos maestros que se consultan para el desarrollo académico.
Dentro del proyecto del proceso de integración, aportación de recursos y trabajo de un patronato, ¿cuál es la parte más difícil?
La parte más difícil es lograr los objetivos con claridad, como mencionamos anteriormente, para poder conseguir los recursos. Estas dos metas tienen que ir íntimamente ligadas, no se logra una sin la otra.
¿Considera que el desarrollo de la cultura en México sin el desempeño del mecenazgo privado estaría en crisis?
Definitivamente, pues la obligación principal del gobierno es otorgar la educación básica a millones de mexicanos. En cuanto al desarrollo de la cultura en general, hemos comprobado que el gobierno no se da abasto, por lo que el sector privado tiene una función fundamental e indispensable en el desarrollo de la misma.
Los resultados exitosos se dan cuando el gobierno y la iniciativa privada suman esfuerzos y en este sentido sí creo que vamos por un buen camino, pero definitivamente falta mucho por recorrer. Es fundamental que los empresarios nos demos cuenta de la importancia de la cultura para lograr una sociedad más humana y sensible, menos violenta y más creativa. Y también es importante que el gobierno nos dé las herramientas necesarias para poder generar más proyectos educativos y culturales.
Joya arquitectónica
Una de las muestras más representativas de la corriente artística que predomina en la primera década del siglo XX, es la casa situada en Álvaro Obregón número 99, en la colonia Roma de la Ciudad de México. Concluida en 1911, la elegancia de su composición, la grandilocuencia de sus proporciones y recursos ornamentales, confirman el afán por recoger todo aquello que remitiera a lo aristocrático, la ideología de una generación que, al recrear paisajes urbanos semejantes a los suburbios de las cosmopolitas ciudades europeas, pretende reafirmar su respetabilidad, así como la nobleza y brillo de su posición, una joya que en 1993 inició un nuevo capítulo como Centro Cultural Casa Lamm.
Proyectos
Además de Casa Lamm, Alejandro Burillo Azcárraga, encabeza proyectos como:
⇒ La Fundación Pro Academia Mexicana de la Lengua.
⇒ La Fundación Emilio Azcárraga Vidaurreta, que proporciona fondos a instituciones cuyo objetivo es la investigación en el sector salud en todos sus niveles.
⇒ Varios proyectos independientes de arte y literatura.