El desmedido festejo de Miguel Herrera en cada uno de los tres goles nuevamente fue causa de hilaridad (y es que sí da risa). Sin embargo, a esos gestos de demente se agregó una nueva estampa que no hace sino reflejar cómo están las cosas en el Tri.
Ver tirado al "Piojo", abrazando a uno de sus jugadores, revolcándose en el césped cuando el partido aún no termina, y luego levantarse para cargar al portero que puso de titular pese a las críticas que recibió, deja algo claro: el técnico le devolvió la armonía y confianza al equipo que con el "Chepo" se habían perdido.
Herrera ha sabido llevarse bien con prensa, con jugadores y directivos. Cae bien. Pero también sabe darle a cada quien su lugar y que no se rompa el buen ambiente; eso quedó claro en el partido contra Croacia.
Qué importante es ser un director en toda la extensión de la palabra y no sólo un estratega.
Además, Herrera se cree que en verdad su equipo está para cosas grandes, y a pesar de que siempre aparece en los medios, ha demostrado que no pierde la concentración ni el objetivo. Paso a paso camina hacia la tierra prometida. Hacia donde él cree que puede llegar.
Oribe anda por las mismas. El lagunero sabe a la perfección lo que es cosechar oro. Perdió los miedos hace mucho, quizá cuando dejó su tierra natal para encarar a la vida de otra forma. Hoy sabe que las grandes hazañas son posibles aun para los de origen humilde. Y aunque no pasa por su mejor momento futbolístico, tiene el temple y carácter para salir adelante y aportar al grupo.
A ellos se suma el "Chicharito", el favorito de los aficionados más severos. Las críticas al delantero le hacen nada. Él sí podría aplicar la famosa frase de Nery: "yo estoy en Europa y tú en México". Pero no; parte de lo que ha construido se debe a la humildad.
"Chicharito" entró ayer y mostró más ganas que Giovani, el talentoso, y de paso le cambió la cara al ataque.
Atrás, Héctor Herrera dejó claro que el tiempo que ha pasado en Europa no ha sido en vano, crece en forma y mentalidad, al igual que Héctor Moreno.
¿Dónde quedó el lastimoso Tri del hexagonal? Atrás. Ahora hay un grupo de personas que han visto historias de triunfo y que quieren escribir la propia.
¿Y qué hay del técnico rival? El frío y calculador (como su equipo) Kovac terminó por aceptar la derrota, pese a lo mucho que habló antes del juego.
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