Veinte años no son nada. Seis eliminaciones consecutivas para la Selección Mexicana en octavos de final de una Copa del Mundo; seis pretextos distintos. Es más de la mitad del tiempo que he vivido, pero parece que no pasa nada.
Así es México. El país que resistió a una "dictadura perfecta" por más de 70 años sin decir nada. Y que luego vivió un "cambio", para después volver a lo mismo. Y no pasa nada.
Y en cada Mundial que he visto a México es lo mismo. Puras ilusiones. Pero nada. No pasa nada. Primero, que si Mejía Barón no hizo los cambios, que si los malditos penales.
En el '98, que si casi le ganamos a Alemania, pero que el poste se atravesó. Cuatro años después, en Corea, la tonta expulsión de Rafa Márquez y la ridícula despedida de García Aspe de la Selección. Alemania 2006, el golazo de Maxi. Hace cuatro años, que si el Bofo, el Guille, el error de Osorio, el fuera de lugar de no sé quién.
Hoy fue el árbitro; "nos robó". ¿Y cuándo somos nosotros los que nos equivocamos? ¿Por qué no asumir nuestros errores para corregirlos, aprender y no cometerlos otra vez?
Cada Mundial es lo mismo. Y a los que tenemos menos de 35 años nos ha ido bien, antes México no ganaba nada.
Ayer, México tenía el partido controlado, el partido de nuestras vidas. Al minuto 80, llegué a creer que por fin se daría el paso a cuartos. No celebré; los partidos se acaban hasta que se acaban (¿o cómo dicen?), pero sentí que estaba muy cerca. Holanda había tenido serios problemas para llegar con claridad al área mexicana.
¡Y nada! Un gol acabó con todo. Luego, ¡el árbitro! Pero, ¿por qué México le tiene tanto miedo al triunfo?
En instancias decisivas, apenas se van arriba en el marcador y no saben qué hacer. Ayer, Miguel Herrera comenzó a probar cambios que no había hecho en los tres partidos anteriores y lo echó a perder; el equipo juega a lo que no sabe y el rival lo aprovecha.
México le tiene miedo a la victoria; es algo que desconoce.
Por un momento, el "Piojo" me había convencido. Si bien, no pensé que México fuera a ser campeón del mundo, sí parecía que se iba a dar el paso histórico.
Al término del partido, Herrera empieza a buscar culpables: el árbitro. "En este Mundial todo estuvo en contra de México", dice. ¿Por qué no dice que Márquez se salvó de dos rojas? O que en los primeros minutos le perdonaron un penal.
¿Por qué no acepta que se equivocó? "Yo no fui, fue el árbitro", dice.
Herrera debería quedarse hasta 2018, al menos para mostrar congruencia, pero primero debe ver los videos y reconocer sus errores. Así, la eliminación no sería en vano.
La vida sigue, en México estamos acostumbrados a reírnos de nuestras desgracias. Aunque también sería bueno comenzar a aprender de ellas.
Y como era de esperarse, no se iba a ganar este partido con sólo futbol.
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