Quedaron definidas las semifinales en la Copa del Mundo y esta vez no hubo sorpresas. Los "pequeños" aspirantes a la gloria sucumbieron ante el peso de cuatro camisetas tradicionales en el futbol mundial.
Alemania anotó y controló el partido. Brasil aprovechó el miedo del rival para echarlo. Argentina se valió de un "chispazo" ante una desconocida selección belga. Y Holanda se sacó de la manga a un portero para liquidar a los sorprendentes ticos.
Así, la costumbre de ver un equipo raro en estas instancias ha quedado en el pasado. Hoy, sobreviven tres campeones y un equipo que revolucionó el futbol (subcampeón en tres ocasiones). Y así será mientras el cobarde le permita vivir al "valiente".
Y viene al recuerdo (para los que ya lo habían superado) la ocasión que tuvo México de ocupar ese honroso lugar, el del "caballo negro".
Sí, muchos se veían disputando unos cuartos de final ante Costa Rica, conocido del área, y de paso, casi por default, avanzando a la histórica semifinal. Pero como dicen, los partidos hay que jugarlos.
Como sea, sigo pensando que 32 equipos son muchos para una fase final de la Copa del Mundo.
Hay selecciones que no fueron a nada, como Camerún. En principio ni querían hacer el viaje. Luego, una vez eliminada y tras no exigir a ningún rival, su propio país los mandó investigar por presunto arreglo de partidos.
Otro caso similar es Ghana, aunque ellos al menos mostraron más en la cancha. Pero que igual, antes del último encuentro ya había dos jugadores que eran mandados a casa por indisciplina.
Y ni cómo defender a Honduras. De plano nomás fueron a conocer.
A la lista podemos agregar a Bosnia y Rusia, decepciones europeas.
Pero el negocio está hecho.
De los que quedan, me inclino por una final combinada (un europeo y un americano) sin el anfitrión de por medio. Y eso ya es mucho decir. De preferencia, que gane el futbol.
Sigamos la discusión: @Foko_54.