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Apuntes Mundialistas

Eduardo Sepúlveda

Ya quedó: Alemania contra Argentina, un europeo y un americano en la final sin el anfitrión de por medio. Ha sido curioso este Mundial; ¿por qué si tuvimos una primera jornada muy emocionante y hasta unos octavos de final, a partir de ahí, cuando quedan los mejores, parece que el nivel del futbol va a la baja?

La respuesta es sencilla. Y lo digo con humildad, tratando de explicar qué pasó, no pretendiendo decir que descubrí algún secreto milenario.

En la primera ronda, los equipos que animaron este Mundial fueron los débiles que intentaron dejar de serlo: Costa Rica, Colombia, Estados Unidos, Argelia, Chile, México y demás. Pero al final, sus aspiraciones se toparon en seco con la historia, con los "grandes".

Así cuatro equipos históricos llegaron a semifinales aún sin mostrar un futbol arrollador o demasiado convincente. Porque ni es la mejor Alemania, ni la mejor Argentina, ni la mejor Holanda, ni mucho menos vimos al mejor Brasil. Sin embargo, las cuatro selecciones se las arreglaron para avanzar hasta la antesala de la final.

Ahí, Brasil quedó al desnudo. Tras tomar la iniciativa contra Alemania, parpadearon dos veces y se vieron abajo en el marcador 2-0. La losa era demasiado pesada; Alemania no se tienta el corazón. Y la goleada llegó por consecuencia.

¿Abuso? Lo que hicieron los alemanes fue aprovechar, respetar al juego, respetar su filosofía y respetar al rival. Muchos (o muchas) podrán decir que Alemania debió tentarse el corazón, pero qué dirían los brasileños: "¿no merezco que juegues al futbol como sabes? ¿tan malo soy?". Así que no hay objeción, para honrar al rival, hay que jugarle a tope.

Aún así, al terminar el partido, los europeos fueron considerados con el rival y no se alocaron en festejos. Quizá ellos mismos no entendían qué había pasado, pero tuvieron la elegancia y cortesía de ir a animar al rival caído. Luego, cuando lo creyeron oportuno, se acercaron a una esquina del estadio para saludar a su gente, para darles gracias de una manera mesurada. Vaya, festejó más México el empate a cero con Brasil que Alemania la humillante goleada.

Ayer, Holanda y Argentina se midieron en un duelo más parejo. Se fueron hasta los tiempos extra y penales. En tono de broma, en las redes circulaban memes sobre los dos equipos en torno a que ambos querían evitar enfrentarse a Alemania en la final. Pero cuidado, el partido por el título será muy diferente para los alemanes. Los argentinos son cancheros y tienen a Messi, factor desequilibrante. Es decir, la goleada a Brasil no es un indicativo de lo que pasará el domingo en el Maracaná.

Aquí ya nada más quedan 90 minutos, quizá más, pero no hay vuelta atrás. Alemania y Argentina se han enfrentado dos veces en finales con un triunfo por bando. Alemania va por su cuarto título, el primero de un europeo en América; Argentina va por su tercer Mundial, el primero después de casi 30 años.

Ni Alemania es la máquina de goles que fue ante Brasil (si así fuera, hubieran goleado a todos), ni Argentina es el flan que muchos piensan por jugar "feo" (si así fuera, no estarían en la final).

Sigamos la discusión: @Foko_54

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