Con capacidad para 52.000 espectadores, albergará partidos de la fase de grupos, octavos y cuartos de final, dentro de una de las infraestructuras con un diseño más original y espectacular. (ARCHIVO)
Aún lejos de las temperaturas extremas que sufrirán los deportistas en ciudades como Manaos o Natal, el estadio Arena Fonte Nova de Salvador, en el estado de Bahía, se yergue como modelo de la infraestructura multiservicios que Brasil pretendía construir.
Con capacidad para 52.000 espectadores, albergará partidos de la fase de grupos, octavos y cuartos de final, dentro de una de las infraestructuras con un diseño más original y espectacular.
Con una financiación que aunó capital público y privado, cuenta con una cubierta metálica bajo la cual se conforma un núcleo urbano que cuenta con centros comerciales, salas para conciertos y un aparcamiento que garantizan que, tras el Mundial, el espacio se transforme en un centro neurálgico de la ciudad.