La película del excéntrico director estadunidense Wes Anderson inauguró hoy la 64 edición del festival más importante de la temporada, enmedio de grandes expectativas. (EFE)
Brotes de risas colectivos y un gran aplauso final marcaron la positiva recepción de la película The grand Budapest Hotel, en su primera proyección oficial para la prensa, en la 64 edición de la Berlinale.
La película del excéntrico director estadunidense Wes Anderson inauguró hoy la 64 edición del festival más importante de la temporada, enmedio de grandes expectativas.
Anderson filmó la historia de un escritor interpretado por Jude Law, quien cuenta cómo llegó a escribir su célebre novela The Grand Budapest Hotel, tras un encuentro fortuito con el misterioso dueño de este mítico hotel, “Moustafá”, en el curso de unas vacaciones fuera temporada.
El largometraje es una amplia digresión sobre la vida del joven “Moustafá”, también llamado “Cero” y de su amistad con Gustav H. Ralph Fiennes, quien es el extraordinario conserje del “Grand Budapest Hotel” en su época de oro entre las dos Grandes Guerras.
“Cero” se encuentra involuntariamente involucrado en una trama policial a través de Gustav H., quien está acusado por el asesinado de una anciana y riquísima mujer, Tilda Swinton, de quien recibió en testamento una pintura de valor inestimable.
En la trama se encuentran algunos personajes “fetiche” de la filmografía de este director, como Adrien Brody quien interpreta el hijo de anciana fallecida, o Owen Wilson, el substituto conserje después del arresto de Gustav H.
No podía faltar Bill Murray, quien estuvo presente en todos los largometrajes del director y quien, a pesar de tener un papel mínimo, lo acompañó en Berlín y asistió a la rueda de prensa.
Pero el listado de grandes estrellas no terminó acá, en un papel secundario y fulgurante se encuentra Edward Norton, en los ropajes del jefe policial correcto encargado de la investigación.
“Lo mejor para no conseguir que un actor haga contigo tu película es proponerle un papel que no va a querer. En este caso el papel fue escrito de propósito para Fiennes”, dijo Anderson en la rueda de prensa.
El director añadió que a pesar de haber escrito el personaje con Fiennes en la mente, cuando le presentó el guión le dejó elegir cuál papel interpretar, y eligió este.
De hecho, se trata de la primera vez en su carrera que el polifacético director y actor británico se mide en un papel de comedia y el resultado fue ampliamente apreciado por el público.
Con una velada crítica a la industria cinematográfica estadunidense, Fiennes dijo que, “es muy raro poder trabajar con un director que verdaderamente quiere hacer la película que está haciendo”, y este fue el caso con Anderson.
Al preguntarle acerca de por qué tantos actores destacados suelen responder al llamado de Wes Anderson, Bill Murrey contestó, irónico, que, “se nos prometen largas horas de trabajo, sueldos muy bajos y comida muy mala”.
Luego añadió que cada película de este director, “te permite viajar por el mundo y tienes acceso al fantástico mundo imaginario al que da vida Wes Anderson”.
Anderson habló de la película y de donde sacó la inspiración. En particular se basó en la obra de Stefan Zweig, escritor y guionista austriaco, “los europeos se sorprenden cuando los estadounidenses no conocemos este escritor”.
El director dijo que intentó buscar ideas en las películas de los años 20 y 30 para crear la ambientación. En particular habló del director alemán Ernst Lubitsch, con su Ser o no ser, y de Edmund Goulding, con su Grand Hotel.
Antes de esta película, Wes Anderson fue consagrado al éxito por el filme Los Tenenbaums y repitió el éxito con La vida acuática con Steve Zissou y Viaje Darjeeling.
