Casos. Los internos son amenazados de distintas formas para no denunciar las violaciones a sus garantías individuales.
El titular de la Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Saltillo, Robert Coogan, aseguró que en el Centro de Readaptación Social Varonil en Saltillo, aún persisten las prácticas de tortura para obligar a los internos a firmar falsas declaraciones, sin embargo debido al temor y a las amenazas no emiten denuncias al respecto.
De acuerdo a lo que informó el problema no sólo radica en el interior de los Ceresos, sino desde los procesos que lleva a cabo la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
"El ministerio público incurre de manera recurrente en dichas prácticas de forma tal en que la tortura no deja huellas visibles. Los funcionarios de la PGJE, lo hacen de manera tal que no les quedan marcas", dijo.
Agregó que además los internos son amenazados de distintas formas para no denunciar las violaciones a sus garantías individuales.
"Aunque acudimos todos los días las cárceles de Saltillo, sobre todo el Cereso Varonil, la tortura se da en el ámbito de la Procuraduría a la cual no tenemos acceso", informó.
Robert Coogan destacó que es preocupante que a estas alturas el sistema de justicia en Coahuila haya adoptado esa forma de ejercer el estado de derecho.
Añadió que es muy grave la situación penitenciaria, sin embargo las autoridades se muestran indiferentes.
"Las autoridades son cínicas al asegurar que no hay tortura porque no existen huellas, cuando muchos internos señalan que han sido víctimas de lo mismo", manifestó.