Atlas falla, clasifica Pachuca y León vive

Ingresó y se fue del lienzo verde como auténtico rock star: ovacionado por un pueblo que le venera. Lo malo es que la pleitesía no endulzó ni un poco el ya de por sí agrio carácter de Tomás Boy.

El "Jefe" cumplió. Salvó al Atlas. Pero anhelaba guiarlo a otra Liguilla, deseo que sus futbolistas sólo mostraron durante la media hora inicial del segundo tiempo, esa en la que los Rojinegros hicieron soñar a su afición... E infundieron miedo entre los del León y el Guadalajara, cuyos conjuntos siguen vivos.

Los Zorros quedaron eliminados de un torneo en el que el objetivo era conservar la categoría. Lo hicieron. Y el sistema de competencia les ofreció la posibilidad de contender por el título.

La carambola benefició al Pachuca, que es el quinto clasificado.

Tristemente para sus seguidores, los hombres de Boy sólo fueron programados más que para salvarse. Quedó claro con cada tibio paso sobre el césped del estadio Universitario. Ganar les habría permitido dormir en zona de Liguilla, como octavos. No quisieron.

Gris adiós (1-2) del equipo entrenado por el hombre que adquiere rasgos de ídolo en el cráter del Volcán. La afición de los Tigres no olvida los gloriosos años de Boy como jefe de la media cancha felina, con la clase como estandarte.

Eso explicó la sentida ovación regalada en cuanto el sonido local pronunció su nombre. Ricardo Ferretti ya les dio una Liga (Apertura 2011), además de la más reciente edición de la Copa, pero el regordete director técnico atlista les obsequió clase y entrega con esa camiseta que materializa el orgullo de una afición más identificada con el sufrimiento que con la gloria.

No hubo el lleno habitual en el estadio Universitario. Justo premio al certamen hecho por un plantel diseñado para dar la vuelta olímpica.

La afición regiomontana presume su fidelidad, lo que no significa que le dé igual llegar sin aspiraciones de fase final a la última jornada.

Los futbolistas del "Tuca" demostraron que su presente no es casualidad... Al menos en el primer tiempo. El talento que poseen les permitió controlar el esférico, pero no tuvieron punch.

Hasta que Hugo Ayala se elevó para rematar aquel servicio de Damián Álvarez (36'). Formado en el Atlas, el central optó por no festejar. Poco importó. Lo hicieron quienes asistieron al inmueble, además de los fanáticos del Pachuca, el León y el Guadalajara.

Jahir Barraza encendió la ilusión (72') apagada por Alan Pulido tres minutos después. Boy cumplió, aunque se quedó sin Liguilla.