En la colaboración anterior señalamos algunos de los avances y resultados obtenidos en el área natural protegida de Jimulco, así como los principales retos que se enfrentan para asegurar la conservación de sus ecosistemas y biodiversidad y para promover el desarrollo local de la población residente en sus comunidades.
Mencionábamos la importancia de que agricultores y grupos de mujeres y jóvenes se vayan especializando en la producción de hortalizas y granos aplicando tecnologías orgánicas, tanto con fines de autoconsumo para complementar su dieta alimenticia y comerciales destinando sus excedentes a la venta entre la población urbana. Esta iniciativa ha prosperado gradualmente mediante el establecimiento de un centenar de huertos familiares y de una casasombra en una de sus comunidades, con resultados aceptables, actividad que se ampliará tanto bajo el esquema de agricultura protegida como en campo.
Considerando que la otra actividad de que depende la población de esta reserva ecológica es la ganadería, particularmente la caprina que concentra medio centenar de pequeños productores que explotan alrededor de cinco mil cabras, es el desarrollo de sus capacidades productivas mejorando las tecnologías rústicas que aplican en un sistema de producción extensivo que les permita producir leche y carne en mayor cantidad y calidad, a la vez de integrar su cadena productiva mediante procesos de acopio y transformación de sus productos, la cual pueden realizar en condiciones artesanales y diversificando los subproductos que generen, incluso, transitar hacia una caprinocultura orgánica.
En el área de investigación y conservación se puede afirmar que el resultado más importante es haber integrado los primeros listados de la biodiversidad que se alberga en este reservorio natural, que a la fecha suman 630 especies registradas con 55 endemismos, los cuales muy posiblemente aumentarán en los próximos años, aunado a que se gestiona nuevamente la participación del Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund, WWF) a través de un proyecto de conservación en estrecha colaboración con la Facultad de Ciencias Biológicas de la UJED.
Paralelamente, otro logro relevante que comúnmente no es visualizado desde las oficinas de gobierno, es haber mantenido conservada el área, tarea no posible si no se hubieran involucrado los campesinos y pobladores residentes en ella, y de todos aquellos laguneros que no vivimos ahí, pero que sumamos esfuerzos para que esto suceda ante las constantes amenazas que surgen y atentan contra la riqueza biológica albergada en su seno. En estos días se renueva el comité comunitario de vigilancia que se encarga de observar y denunciar a quienes realicen actividades extractivas ilegales, para que sean sujetos de sanciones por los delitos que cometan.
Un rubro que destaca en el trabajo realizado con los lugareños es el de educación ambiental, el cual a pesar de los altibajos que sufre por el rezago en la asignación de recursos, ha generado cambios importantes en su valoración sobre el ambiente que les rodea, tanto en el sector educativo con los jóvenes como con los adultos, quienes van cambiando su percepción sobre las plantas y animales silvestres que rodean sus viviendas, motivando la vocación por cuidarlas.
Como parte de las actividades de educación ambiental, se creó una empresa familiar que integra una red de recolección de pet y cartón a través de las comunidades que, por un lado, ha reducido el impacto contaminante y visual de estos residuos en el entorno y, por el otro, les genera un modesto ingreso a las personas al recolectarlo y entregarlo a dicha empresa, que lo compacta y extrae para su venta fuera del área natural protegida.
Finalmente, sigue constituyendo un reto educar a la población para que el éxito en el manejo de la basura sea determinante, ya que esto se logra cuando se reduzca considerablemente la generación de residuos desde las viviendas. Otro reto a resolver en este rubro es institucionalizar un programa de educación ambiental permanente que involucre al sector educativo formal aprovechando la movilidad estudiantil y el compromiso de los docentes con el cuidado de la naturaleza.
Por sus valores ambientales, culturales y escénicos, Jimulco presenta un gran potencial para la realización de actividades de turismo rural y de naturaleza, las cuales, sin embargo, además de ser incipientes, requieren que la población lugareña desarrolle capacidades para la atención a visitantes, aunado a los equipamientos e infraestructura que permitan soportar una carga humana sin impactos negativos en los lugares visitados.
Para ello se necesita determinar y acondicionar los sitios de uso público, ya que algunos visitantes por desconocer las regulaciones que rigen dichas actividades o éstas no ser suficientemente claras, acude a lugares de uso restringido como las zonas núcleo que albergan flora y fauna en estatus de protección, con el consecuente daño, como sucede con aquellos grupos numerosos que ascienden al picacho de la sierra o en las áreas donde se ubican las poblaciones de noas, sin notificar a los técnicos que orientan e indican a que sitios es posible acceder y cómo hacerlo.
El ecoturismo es sólo una de las actividades que ofrecen empleo e ingreso a los lugareños, y recreación y esparcimiento a los visitantes, actividad que, sin embargo de no ser reguladas se convierte en una amenaza como ha sucedido en otras áreas protegidas, el Cañón de Fernández, Mapimí o Cuatro Ciénegas.
El gran reto que se enfrenta no sólo por los pobladores de Jimulco, la Fundación Jimulco o el gobierno municipal, sino para todos los laguneros y coahuilenses, lo constituye asegurar la conservación de los ecosistemas y biodiversidad ahí albergados, a la par de mejorar las condiciones de vida de los primeros realizando actividades económicas asociadas a la conservación, ya que constituye un patrimonio natural que nuestra generación disfruta a través de los servicios ambientales y recreativos proporcionados por este espacio protegido, pero que también las próximas generaciones puedan hacerlo.
Por ello fue bien recibida la postura del alcalde de ratificar su compromiso por continuar la colaboración con Fundación Jimulco, asegurando la asignación de fondos y posibilitando una sinergia entre el gobierno local y un organismo civil que dé continuidad a la gestión ciudadana desarrollada desde hace varios años, posibilitando los avances y resultados descritos y concretando iniciativas que, como se observó con la participación decisiva de la dirección de medio ambiente en el proyecto de pago de servicios ambientales para uno de los ejidos del área, cumplir los propósitos para los cuales se creó este reservorio natural.