Tensión displomática. Cientos de camiones con ayuda partieron a Ucrania generando más tensión diplomática. (AP)
Una larga caravana con ayuda de Rusia avanzaba el jueves hacia Ucrania, pero luego se detuvo, preparada provocativamente para cruzar a territorio controlado por rebeldes pro rusos.
El gobierno ucraniano amenazó con usar todos los medios a su alcance para bloquear la caravana si no permitían a la Cruz Roja inspeccionar la carga. La inspección disiparía la inquietud de que Rusia podría usar el envío de ayuda como fachada para una incursión militar en apoyo de los separatistas, que se han visto bajo un mayor asedio de las fuerzas del gobierno.
Ucrania también anunció que estaba organizando sus propios envíos de ayuda humanitaria a la región de Luhansk.
Complicando la disputa, Ucrania dijo ayer jueves que tomó el control de un poblado cercano a la ciudad de Luhansk, lo que le permitiría bloquear la posible ruta que la caravana rusa tomaría hacia la ciudad.
El poblado, Novosvitlivka, se ubica a 40 kilómetros de la frontera, así que si los camiones rusos entran en el país, podrían descargar en algún otro lugar.
El convoy partió la mañana de ayer jueves de una instalación militar en Vorónezh, en el sur de Rusia, donde habían estado desde la noche del martes. Moscú dice que la caravana se compone de 262 vehículos, de los cuales 200 llevan ayuda humanitaria.
Los camiones, algunos decorados con la bandera roja de Moscú y escoltados por vehículos militares, recorrieron una carretera entre campos de girasoles y después viraron hacia el oeste, hacia el cruce fronterizo de Izvarine, actualmente en manos rebeldes.
Sin embargo, a unos 28 kilómetros de la frontera, los camiones se detuvieron en un paraje abierto donde se habían instalado decenas de tiendas.
Los conductores bajaron aparentemente para pasar la noche.