¡Bájale dos rayitas!
Vivimos en una sociedad donde la vida es completamente acelerada y el ser humano se encuentra constantemente ante situaciones que no sabe de manera inmediata cómo resolver, ya sea por falta de tiempo o traumas que lo aquejaron en su pasado. Estas situaciones generan una reacción que, hoy en día, es muy común entre la mayoría de las personas: el estrés. La psicóloga Elba López Borrego, habla sobre cómo el estrés afecta la vida de una persona, incluso, desde la infancia.
El estrés como factor común
“Básicamente, el estrés viene con la manera de responder de la persona ante situaciones que se van presentando”, comenta la psicóloga. Cuando la persona no sabe como actuar ante dichas situaciones ni encuentra la manera de resolverlas, se va disparando todo un mecanismo de defensa que comienza a generar ansiedad, que a la larga, puede incluso derivar en enfermedades. “No siempre se encuentra la manera de resolver las exigencias de la vida diaria y se presionan en lograr, por ejemplo, la aprobación de los demás, entonces el organismo ante estos estímulos se siente amenazado y tiene que salir de alguna manera”, explica la psicóloga. ¿Cuándo se da cuenta una persona de que su cuerpo se encuentra en estado de alerta? Se comienzan a tensionar los músculos, se acelera la respiración, hay una descarga de adrenalina y el individuo de pone a la defensiva.
El individuo que se encuentre más expuesto ante situaciones traumáticas, es más propenso a sufrir estrés y ataques de ansiedad; la psicóloga comenta que en la región, debido a la situación de inseguridad que se ha vivido en los últimos años, de una u otra manera los ciudadanos se han acostumbrado a estar en alerta máxima ante tales situaciones, abarcando desde niños, jóvenes, adultos y ancianos. La psicóloga destaca como hoy en día ha aumentado la cantidad de niños de 5 años en adelante con padecimientos como gastritis o colitis, derivados del grado de exigencia que viven día con día, no solamente escolar, sino en sus actividades extra escolares y en ocasiones el tener padres dominantes. Es importante que los padres sean conscientes del daño que le pueden ocasionar a sus hijos, físico y emocional, al exigirles demasiado y aprender a otorgarles tiempos para relajarse y convivir en familia.
Mayores exigencias, mayor estrés
Factores como el tipo de personalidad, la baja autoestima, la necesidad de aprobación de los demás en una sociedad donde en ocasiones esa es la perspectiva “ideal”, tener un estilo de vida alto que requiere de mayor esfuerzo, de una manera u otra el individuo se va exigiendo mucho más de si mismo al grado de tener una sobrecarga de trabajo que puede detonar en ansiedad y estrés; todo esto, ha visto en aumento con el paso de los años.
Borrego explica cómo una gran cantidad de gente, con tal de seguir cierto estilo de vida, toma la decisión de incorporarse a varios trabajos, ocupando la mayor parte del día sin dejar tiempo para realizar actividades relajantes o pasatiempos. Incluso en la comida, debido a las reducidas horas que algunas personas le dedican a comer, ingieren alimentos poco nutritivos que, sumados a los ácidos gástricos que genera el estrés, le provocan al cuerpo trastornos gastrointestinales.
“Una persona con tal de seguir incrementando su rendimiento se genera daños, consumiendo cafeína para despertar y otras cosas para mantenerte alerta, y es ahí cuando llegan las gastritis, colitis y migraña”, explica la psicóloga. El efecto contrario a lo anterior es el insomnio, pues el cuerpo al estar en constante estado de alerta le es complicado conciliar el sueño en la noche, por lo que, algunas personas recurren a la toma de medicamentos que también dañarán su cuerpo. La psicóloga explica que dichos medicamentos son ansiolíticos, es decir, reducen la ansiedad del cuerpo de manera significativa, lo que automáticamente hará sentir más tranquila a la persona y podrá conciliar el sueño, pero esta dependencia a medicamentos sólo incrementará el daño.
¿Cómo combatirlo?
La dieta es un punto muy importante para controlar el estrés, pues si consumes alimentos que únicamente aumentarán tu energía durante un período de tiempo, como los refrescos, además de sufrir el clásico “bajón”, dañarán tu estómago. Borrego explica que es importante consumir alimentos que nutran y recarguen el cuerpo con energía a base de proteínas y carbohidratos específicos que ayuden de manera positiva. El estrés causa ácidos gástricos, a los cuales si se les combina con alimentos como salsas, chiles, grasas, etcétera, es más factible que el paciente en un futuro cercano sufra de padecimientos como colitis o gastritis.
Una persona al estar durante tanto tiempo tensionada, las defensas del sistema inmune no funcionan igual y bajan, convirtiendo al individuo en presa fácil para adquirir cualquier infección, enfermedad, virus, bacteria, etcétera. La psicóloga explica que hoy en día, se ha dado el “boom” de actividades que ayudan a la relajación como la yoga y la meditación, “ya fue suficiente de vivir en un mundo así, donde nos estamos atacando a nosotros mismos. Se tiene que aprender a acomodar los momentos de relajamiento y de estar en contacto contigo mismo para entender verdaderamente qué es lo que está pasando en tu interior”, agrega Borrego. Mediante estas actividades, las personas aprenden a escucharse a sí mismas, a su cuerpo, a su “yo” interno, y de esta manera lograr una conexión que lo mantendrá en un estado de relajación.
Las técnicas en el trabajo para reducir el estrés tienen que ver con maneras de enseñar a la persona a respirar, pues por lo general lo hacen de manera cortada, no diafragmática. “Una respiración diafragmática te relaja el músculo e inmediatamente te sientes más tranquilo”, comenta Borrego. También los latidos del corazón se calman y de esta manera podrás trabajar una situación más sereno, buscando la manera de resolverla lo mejor posible sin desgastar tu cuerpo.
La psicóloga menciona que existen técnicas hipnóticas que también te ayudan a aprender a entrar en un área donde te sientas tranquilo, seguro y protegido. “Aprendes a aislarte de todos esos estímulos que te amenazan, que te causan estrés”, agrega.
Busca tu espacio
Nadie puede evadir las situaciones de la vida diaria, pero si se puede aprender a vivir con ellas y disminuirlas; lo importante es no dejar que el estrés se apodere del cuerpo y pueda traer consecuencias de salud en un futuro. La psicóloga recomienda utilizar otros factores como la música o la aromaterapia, los cuales haciendo la elección ideal, pueden generar relajación y un momento de paz en cualquier persona. “La música clásica y aquella de sonidos naturales como el agua, las olas o el arpa te ayudan a relajarte”, comenta. Se debe ser muy cuidadoso al elegir la música, pues no se recomienda escucharla cuando, por ejemplo, vas manejando, ya que te puedes distraer fácilmente y es una situación donde debes estar al pendiente. También los olores como la lavanda ayudan a relajar y los cítricos a energetizar.
La psicóloga recomienda buscar un lugar exclusivo para ti, alejado de las presiones del trabajo o la vida diaria, donde puedas relajarte aunque sea un momento. Un sillón con una luz y una mesa donde puedas escuchar tu música o leer un libro sería ideal. Es importante también evitar cualquier situación de alerta o que pueda generar estrés, como imágenes o noticias en la televisión que sabes que te podrán alterar. Conócete y encuentra cuáles son los programas televisivos o lecturas que no hacen más que dañar tu paz interior.
La terapia de artes expresivas contra el estrés
La psicóloga Elba López Borrego, certificada de la Terapia de Artes Expresivas, explica que esta es una técnica con la que la persona aprende a relajarse y a localizar dónde se encuentra la tensión acumulada o la situación traumática en el cuerpo, para de ahí ir a esa experiencia y traerla al hoy e irla curando, ir sanando esas experiencias, sobre todo las traumáticas, como abuso sexual, físico o pérdidas significativas en la vida del paciente. “La persona realmente va dándole este descanso al cuerpo, al ir procesando a través de la relajación y expresándolo con el cuerpo a través del arte, alguna expresión del movimiento o incluso, el llanto”, explica Borrego. El paciente aprende a expresar todo aquello que siente de la manera con la que más se identifique, y al mismo tiempo, lo va sanando. Dentro de esta misma técnica, trabajan con la mano no dominante, “el sólo hecho de escribir tu nombre con la mano no dominante, te relaja, pues no tienes la presión de hacerlo bien y bonito porque no tienes ese control, dejas que se exprese más libremente, y te relajas”, comenta la psicóloga. Cualquier persona puede recurrir a este tipo de terapia, no se necesita saber dibujar ni tener alguna relación directa con las artes, simplemente el querer descubrir qué es eso que los altera y aprender a entrar en un estado de relajación.