Encuentro. Obispos de todo el país participan en la Asamblea Plenaria del Episcopado Mexicano en el Estado de México.
Los obispos de México dicen "basta ya… no queremos más sangre" y se unen al dolor de las familias de jóvenes desaparecidos en Iguala. Así lo expresaron en la Asamblea Plenaria del Episcopado Mexicano. A través de un comunicado, los obispos dicen "no queremos más desaparecidos, no queremos más dolor ni más vergüenza".
Como mexicanos comparten la pena y el sufrimiento de las familias, cuyos hijos están muertos o están desaparecidos en Iguala, en Tlatlaya y que se suman a los miles de víctimas anónimas en el país. "Nos unimos al clamor generalizado por un México en el que la verdad y la justicia provoquen una profunda transformación del orden institucional, judicial y político, que asegure que jamás hechos como éstos vuelvan a repetirse".
Con la participación de todos los obispos y arzobispos del país, se lleva a cabo la Asamblea General del Episcopado de México, en Lago de Guadalupe, Cuautitlán Izcalli, Estado de México, en la que participa el vocero de la Diócesis de Torreón, Ignacio Mendoza Wong, quien representa al grupo provincial de Durango. El tema de estudio será la Iglesia y los Medios Masivos de Comunicación.
Los obispos y demás participantes, señalan están reunidos para reflexionar sobre los desafíos actuales, "vemos en esta crisis un llamado para construir un país que valore la vida, dignidad y derechos de cada persona, haciéndonos capaces de encontrarnos como hermanos".
Recuerdan que en el 2010, el tema era Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna, en ella advertían sobre el efecto destructor de la violencia, la cual señalaban: Daña las relaciones humanas, genera desconfianza, lastima a las personas, las envenena con el resentimiento, el miedo, la angustia y deseo de venganza; afecta economía, calidad de la democracia y altera la paz.
"Con tristeza reconocemos que la situación del país ha empeorado, desatando una crisis nacional. Muchas personas viven sometidas por el miedo, la desconfianza al encontrarse indefensas ante la amenaza de grupos criminales y, en algunos casos, la lamentable corrupción de las autoridades...".
"En medio de esta crisis vemos con esperanza el despertar de la sociedad civil que, como nunca antes en los últimos años, se ha manifestado contra la corrupción, la impunidad y la complicidad de algunas autoridades. Creemos que es necesario pasar de las protestas a las propuestas".
Son solidarios
Los obispos se comprometen a:
⇒ Redoblar el compromiso de formar, animar y motivar a las comunidades diocesanas para acompañar espiritual y solidariamente a las víctimas de la violencia en todo el país
⇒ A colaborar con los procesos de reconciliación y búsqueda de paz.
⇒ A seguir comunicando el Evangelio a las familias y acompañar a sus miembros para que se alejen de la violencia y sean escuelas de reconciliación y justicia.