Hazard se metió al área y puso la asistencia para que Origi disparara y pusiera el 1-0. (AP)
Un vendaval ofensivo en los últimos cinco minutos dio ayer a Bélgica la victoria 1-0 contra Rusia y la clasificación a los octavos de final de la Copa del Mundo.
Un gol del adolescente Divock Origi a los 88 minutos desatascó un partido que olía a empate y en el que Rusia tuvo las ocasiones más claras. La victoria se fraguó con la entrada de Kevin Mirallas en sustitución de Dries Mertens. En los 15 minutos finales, Mirallas estrelló un tiro libre directo en el palo. Después rompió la defensa rusa para encontrar a Eden Hazard, que asistió dentro del área al delantero de 19 años para el gol.
"No puedo explicar muy bien lo que pasó al final. No jugamos un buen partido, solo los últimos 10 minutos. Pero las sustituciones nos dieron frescura y la defensa rusa estaba muy cansada", dijo Hazard. "Fue un partido muy complicado, estamos contentos con el resultado y la clasificación".
El resultado en un abarrotado estadio de Maracaná -73,819 espectadores- dejó a Bélgica en la punta del Grupo H con seis puntos, mientras la Rusia de Fabio Capello suma una unidad.
"Creo que todavía podemos clasificar", consideró Capello.
El técnico italiano demostró que aún sabe atar en corto a equipos que ejercen el dominio de la pelota. Bélgica lo hizo durante buena parte de la primera mitad sin éxito. Y tuvo suerte de marcharse con la portería a cero al descanso.
Cuando morían los primeros 45 minutos, un gran centro de Denis Glushakov desde la izquierda encontró libre de marca al artillero Alexander Kokorin, incrustado entre los dos centrales, quien remató desviado con todo a favor.
Previamente, Thibaut Courtois tapó un excelente disparo de Victor Fayzulin desde la frontal. Los rusos también reclamaron posible penal en una entrada del lateral Toby Alderweireld sobre Maksim Kanunnikov a los 26 minutos.
Con la presencia del rey belga Felipe en el palco de Maracaná, Bélgica llevaba el peso del partido. Pero no veía puerta. Kevin de Bruyne condujo magistralmente una diagonal desde su propia cancha y abrió a Dries Mertens, pero su centro desde la derecha no encontró al artillero Romelu Lukaku en el área.
Antes del descanso, Bélgica perdió, aparentemente por una lesión muscular, a su central Thomas Vermaelen, que fue sustituido por Jan Vertonghen.
Rusia salió desmelenada y en busca del gol en la segunda parte. Marc Wilmots retiró a un desafortunado Lukaku y dio entrada a Origi buscando más dinamita en la punta. Mientras que Hazard, llamado a liderar la prometedora selección belga, empezó a alternar la banda derecha con la izquierda sin demasiada profundidad.
Capello desplegó a sus laterales en busca de algún centro peligroso. Pero el partido entró en una fase de ajedrez, en que las dos selecciones vigilaban sus movimientos en el centro del campo, más pendientes de no encajar gol que de hacerlo.
El numeroso público brasileño, molesto con el espectáculo, empezó a silbar cada vez que los equipos paraban a refrescarse o estirar los músculos. Daba la impresión que ambos estaban de acuerdo en firmar tablas.
Wilmots apuró su último cambio sustituyendo al hiperactivo Mertens por el rápido Mirallas. Y dio en la tecla.
"Los cambios han funcionado y eso es lo más importante", admitió Wilmots, cuyo equipo también remontó a Argelia en la primera fecha tras las sustituciones. "Fue un partido físico, muy intenso".
El dato
Todos los jugadores de la selección rusa, dirigida por Fabio Capello, juegan en la liga local de su país.
