Sin control. En vísperas del Mundial, el transporte en Sao Paulo es un caos total. (EFE)
La ciudad de Sao Paulo, sede de la inauguración del Mundial Brasil 2014 y capital económica del país, vivió ayer un severo caos en el transporte por una huelga en el metro que provocó un congestionamiento vehicular de cientos de kilómetros.
Al menos 209 kilómetros de vehículos detenidos se registraron ayer jueves en las calles, avenidas y vías rápidas de Sao Paulo debido a la suspensión parcial del servicio de metro, que cerró hasta cuatro de las seis líneas y la mitad de las 60 estaciones del metropolitano.
El paro por tiempo indefinido, convocado el miércoles por uno de los sindicatos de trabajadores, que exige un aumento superior al 8.7 por ciento de alza salarial, podría continuar hoy viernes debido a la ausencia de acuerdos.
La interrupción parcial del servicio de metro, que transporta a 4.5 millones de personas en la ciudad de 20 millones, la más grande y poblada de América del Sur, provocó caos, incidentes y frustración en millones de viajeros que acudían al trabajo.
En la estación de Itaquerao, la más cercana al Arena Corinthians, estadio donde en una semana se inaugurará el Mundial, los pasajeros destrozaron las puertas que impedían el paso a la estación e invadieron los rieles para protestar por el cierre.
Muchos viajeros reportaron en sus redes sociales las peripecias que tuvieron que hacer para llegar hasta sus puestos de trabajo, con caminatas de más de ocho kilómetros o trayectos en autobuses atestados de gente.
Decenas de ciudadanos se hacían fotografías ante los carteles de "No hay servicio" para justificar a sus jefes la ausencia.
El gobierno del estado de Sao Paulo criticó la "intransigencia" de un sector considerado estratégico y fundamental para la ciudad, a sólo siete días del inicio de la Copa, e interpuso una demanda ante la Justicia para que la huelga sea declarada abusiva. La interrupción de este transporte clave para Sao Paulo, de suyo una de las ciudades más congestionadas del mundo, se registra en un momento crítico ante la llegada de decenas de miles de viajeros, futbolistas y mandatarios para asistir al Mundial.
Varios dignatarios de la FIFA y la UEFA que vivieron el caos del transporte, expresaron su frustración ante la situación. El presidente de la Unión de Asociaciones de Fútbol Europeas (UEFA), el francés Michel Platini, lamentó que pasara dos horas y media para cubrir el trayecto desde el aeropuerto internacional de Sao Paulo y su hotel, cuando lo normal es que demore menos de una.
A 24 horas de que Brasil juegue su segundo amistoso premundialista, contra Serbia y precisamente en Sao Paulo, la presidenta Dilma Rousseff calificó los desórdenes de "lamentables".
El secretario general de gobierno, Gilberto Carvalho, pidió a la población una "tregua cívica" ante los más de 600 mil turistas extranjeros que se prevé lleguen al país.
