N. de A.:
Franco, está por nacer este lunes, es mi sobrino nieto, hijo de Brenda, casi mi hija, y por ello, quiero dedicarle estas líneas contándole algo de lo que va a encontrar al llegar a esta familia y a este mundo.
Querido Franco:
Acabas de llegar a este mundo, abandonando el placentero vientre de tu madre, que con amor infinito te cargó nueve meses.
El mundo, este mundo en el que ahora te apersonas, ha sido siempre más o menos lo mismo.
La guerra, el hambre y las enfermedades se siguen propagando a pasos acelerados y los grandes remedios no llegan, porque las grandes corporaciones farmacéuticas lo impiden. Es demasiado dinero el que está en juego.
Llegarás al seno de una familia construida con amor, que no sólo se constituye por tus padres y hermana, sino por muchos más a los que ya irás conociendo.
Tu hermana es un amor de niña, pero no deja de ser un terremoto que con seguridad te querrá manejar a su antojo. Hay que marcar límites, porque además, cuenta con una aliada que es tu prima Sofía. No lo permitas y busca aliados tú también. En Santiago tu primo, podrás encontrar uno casi de tu misma edad y entre los dos es más fácil defenderse.
Además, en Miguel, un niño de tu misma edad y primo tuyo, tendrás también un aliado fiel y a la mano.
Él es un niño nacido del corazón de todos nosotros, que llegó a nuestras vidas por voluntad divina y como buen Arcángel, viene precedido de amor.
Tu familia es muy mitotera. Siempre andan en desayunos y comidas y en su momento, todo ese ajetreo te agradará mucho.
Tus abuelos son personas paternales y tus tías personas que también te llenarán de amor.
Por ahí te encontrarás también a Paola, tu prima, que aunque no hace mucha ronda con tu hermana, es una niña divertida y vivaracha, que te va a caer bien.
De cualquier forma, no te confíes de las niñas de la familia, porque aunque son divinas, actúan en pandilla y seguramente serán más listas que tú y que cualquier otro niño. Trátalas como al sol, porque a veces, nos dan calor, pero sí queman.
Ámalas y respétalas, como se debe respetar a una mujer; pero siempre alerta, porque en cualquier momento cambian de humor y te dan una desconocida.
Recuerda que a este mundo vienes a divertirte. Todo lo que hay en él está puesto para ti y verás que cada mañana Dios te manda cosas maravillosas.
Aprende todo cuanto puedas y cultívate al través de los libros. Recuerda que el saber no ocupa lugar. Ye te iré diciendo, en su momento, cuales son los diez libros que tienes que leer en tu vida. Miguel, junto con Santiago, y tú serán mis grandes aliados, para revitalizarme en estos años de mi vida.
No te distraigas. A veces en la vida se sufre, pero todo pasa.
No te creas mejor ni peor que cualquier otro niño. Todos son ángeles de Dios y Él los guarda en la palma de Su mano. Por ello nunca temas al futuro, porque Dios provee cada día.
Franco y Miguel, bienvenidos a nuestras vidas. Escribamos juntos una página más de esta etapa que es maravillosa.
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".
