Desde inicios de este año 34.800 inmigrantes irregulares consiguieron atravesar el Mediterráneo desde las costas de África hasta las de la Unión Europea, confirmó hoy el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), lo que representa un fuerte aumento con respecto al ritmo de 2013.
Durante todo el año pasado, 43.000 inmigrantes cruzaron esas mismas aguas, aunque el pico se alcanzó en 2011, durante la crisis en Libia, cuando 60.000 realizaron esa travesía.
Tras comunicar esas cifras, el organismo humanitario denunció la falta de alternativas a ese peligroso cruce del Mediterráneo para los inmigrantes africanos que buscan un futuro mejor en Europa.
"Nos sentimos descorazonados por el creciente número de víctimas entre los solicitantes de asilo por las acciones sin escrúpulos de traficantes durante los naufragios de endebles embarcaciones", indicó el portavoz del organismo humanitario, Adrian Edwards.
La última tragedia en ciernes ocurrió ayer, cuando el naufragio de una barcaza -a 100 millas de la isla italiana de Lampedusa- causó la muerte de 17 personas y la desaparición de otras 200, de unas 400 que se calcula viajaban en ella.
El portavoz del ACNUR precisó en Ginebra que, según los cálculos de la ONU, 259 inmigrantes han perecido ahogados en esos naufragios tan sólo desde el pasado 30 de abril.
"Esas personas no tienen otra solución que cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa. Prácticamente ya no pueden llegar por medios legales y la vía terrestre está bloqueada por el conflicto en Siria", agregó Edwards.
El alto comisionado considera que los gobiernos deben ofrecer alternativas legales -a través de la reinstalación, los permisos humanitarios y la facilitación de la reunificación familiar- a esos viajeros para garantizar que las personas desesperadas tengan derecho a la protección y al asilo.
