Los jugadores del Real Madrid durante las celebraciones en el Estadio Santiago Bernabéu, en Madrid, tras la victoria en la final de la Liga de Campeones. (Fotografías de EFE)
Jugadores, directiva y cuerpo técnico del club español Real Madrid, comandado por el italiano Carlo Ancelotti, festejaron en el Bernabéu ayer con sus aficionados la conquista de su décima Liga de Campeones de Europa, tras ganar 4-1 al Atlético de Madrid.
El club madridista anunció en su página web la invitación para asistir a la fiesta que se organizó en el estadio Santiago Bernabéu, en la que los jugadores y el cuerpo técnico ofrecerán el trofeo conquistado en Lisboa.
Por otra parte, en el Bernabéu, con cuatro pantallas gigantes se vivió la Liga de Campeones como si fuera una extensión del Estadio da Luz de Lisboa, Portugal. Los 80 mil aficionados, entregados a su equipo, convirtieron las gradas en una celebración cuando Sergio Ramos metió el gol del empate, para tener la continuación con los tres goles en la prórroga.
TERMINA LA 'OBSESIÓN' POR LA DÉCIMA
Real Madrid dio por finalizada en el Estadio de la Luz lisboeta la obsesión por la 'Décima' tras doce años de disgustos en Liga de Campeones, una pérdida de prestigio que se recuperó con José Mourinho y se culminó con Carlo Ancelotti, el técnico más laureado de la competición.
Pasaron 32 años desde que se cerró la etapa más gloriosa madridista con la sexta Copa de Europa hasta que Pedja Mijatovic se convirtió en el héroe de la 'Séptima' con su gol al Juventus en Amsterdam. La espera hasta la 'Décima' ha sido menor, doce años, pero la obsesión por el título ha marcado el camino entre los éxitos.
Como reconoce Íker Casillas ahora se aprecia realmente lo que significa conseguir una 'Champions', el verdadero valor que tiene el título. Sus dos primeras llegaron en una etapa en la que el Real Madrid se acostumbró a ganar. Tanto que desde la exhibición ante el Valencia en la 'Octava' y el triunfo ante el Bayer Leverkusen en la 'Novena', la 'Décima' pasó a ser obligación para el club más laureado de la competición.
Sin embargo, en el torneo más especial para el madridismo, su equipo cayó en una dinámica negativa que se inició tras prescindir de Vicente del Bosque. El cambio de línea en el perfil técnico por el que apostó Florentino Pérez no dio resultado y tras caer en sus últimas semifinales ante el Juventus, con Carlos Queiroz comenzó una perdida progresiva de prestigio.
Desde esos cuartos de final extraños ante el Mónaco, con un gol ovacionado de Fernando Morientes para el rival, el día de los atentados en Madrid que luego costó la eliminación en la vuelta, hasta el triunfo de Lisboa han pasado doce años, diez entrenadores y capítulos sonrojantes.
Seis años se atascó el Real Madrid en la barrera de octavos de final. Juventus, Arsenal, Bayern Múnich, Roma, Liverpool y Olympique de Lyon iban cediéndose el testigo de verdugos, lastrando proyectos millonarios que no encontraban el objetivo deseado. Alejado de su verdadera imagen en Europa, Florentino Pérez decidió apostar por José Mourinho. Arriesgar la imagen del club a un técnico aliado a la polémica pero que aseguraba títulos.
No lo hizo en competición europea para el Real Madrid pero sí le condujo a una reconstrucción y una recuperación de la autoestima perdida. Con el técnico portugués se pusieron las bases de la 'Décima' en tres años de semifinales. El primero lo frenó el Barcelona, el segundo una maldita tanda de penaltis contra el Bayern y el último intento un nuevo capítulo de la 'maldición alemana' ante el Borussia Dortmund.
No existió para Carlo Ancelotti, antiguo deseo de Florentino Pérez, que en su primer intento ha devuelto la gloria para el madridismo. Tras una fase de grupos inmaculada, con récord goleador y un solo empate cedido en la visita a Delle Alpi, el camino a la final sería un examen para romper con maleficios históricos.
Primero destrozó el mito alemán para vapulear al Schalke en su estadio en octavos (1-6) en una de las mayores goleadas de la competición en eliminatoria. En octavos llegó la dosis necesaria de sufrimiento en todo camino de un equipo al título. Tras la goleada al Dortmund en el Santiago Bernabéu (3-0), tocó sufrir en la vuelta en su peor partido del torneo (2-0).
Y llegó el esperado duelo ante el vigente campeón. El pulso de estilos con Pep Guardiola en unas semifinales en las que el primer triunfo de la historia en el Allianz Arena (0-4) fue la reivindicación máxima de una forma de entender el fútbol y la mejor manera de plasmar la ambición por el éxito.
La final ganada al Atlético de Madrid pone fin a una obsesión, calma las aguas de un Real Madrid que ha vivido su temporada más gloriosa de la última década. Un doblete con Copa del Rey y Liga de Campeones que antecede a una temporada por venir en la que buscará récord de títulos con seis por conseguir en un camino dirigido con Ancelotti al mando.
Más que la Copa del Mundo
Íker Casillas, portero y capitán del Real Madrid, afirmó que "la décima" es más que la Copa del Mundo, pues hace 12 años que no ganaban una Champions y sufrieron para obtener la victoria. "Esto, la décima, es más que el Mundial. Hacía mucho que no ganábamos una Champions. Diez es un número redondo. Hace dos años prometí esa Copa de Europa con un estado de ánimo total", aseguró Casillas al final del encuentro ante Atlético de Madrid.
Añadió que hay que felicitar al Atlético y a su afición, que se ha quedado hasta el final, "ha sido muy sufrida. Ellos se han encontrado con un gol de fortuna por una mala acción nuestra y no han tenido más llegadas".
Recalcó que lo intentamos durante 90 minutos y empataron en el minuto 93, "por ocasiones creo que es justo el resultado. Ellos defendieron bien y procuraron perder tiempo. Fallamos, acertamos. La gente se acordará de la décima. No hay que dramatizar".
Indicó que a pesar de ese error en el gol, el equipo se rehizo y ganó, "hemos sufrido lo nuestro. Lo merece el que mejor torneo ha hecho. Tuvimos, en el último momento, la fortuna que nos faltó antes. Luego, en la prórroga, ellos han sufrido más y el gol de Bale los mató".