Congregación. Los peregrinos se reúnen en vía della Conciliazione, frente a la Plaza de San Pedro.
Decenas de miles de personas colmaron la plaza de San Pedro en lo que constituye una jornada histórica de confluencia entre cuatro papas: el papa Francisco y el papa emérito Benedicto XVI honrarán y declararán santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II, en la primera canonización conjunta de dos pontífices.
Peregrinos polacos que agitaban banderas con los colores rojo y blanco de la amada patria natal de Juan Pablo II estuvieron entre los primeros en llegar a la plaza desde antes del amanecer del domingo; eran contenidos por trabajadores de protección civil que llevaban chalecos de colores reflectantes que intentaban mantener el orden.
La mayoría de los que llegaron primero acampó durante la noche al aire libre sobre colchones inflables y colchonetas a lo largo de calles laterales que conducen a la plaza. Otros no habían dormido para nada y participaron en vigilias de oración nocturnas celebradas en una decena de iglesias en el centro de Roma.
MEXICANOS FESTEJAN
Entre mil 500 y dos mil personas acudieron en la catedral de Ciudad de México a una misa celebrada de manera simultánea a la ceremonia de canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII en el Vaticano.
En el país que Juan Pablo II visitó en cinco ocasiones (1979, 1990, 1993, 1999 y 2002) las celebraciones comenzaron hacia las 9 de la noche hora local del sábado, cuando congregaciones de fieles entonaron himnos en la Catedral mientras sacerdotes predicaban las virtudes de los nuevos santos.
Hacia las 3 de la mañana del domingo las prédicas y cantos se interrumpieron para seguir la transmisión de la ceremonia en el Vaticano.
"Es una celebración", dijo Norma Gallardo, quien fue una de las personas que acudió desde el comienzo de las celebraciones.
Recorrido
El papa Francisco subió al papamóvil tras la misa de canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II y recorrió la plaza de San Pedro y la Vía de la Conciliación, donde acudieron cerca de medio millón de personas para seguir el acto.
Francisco dedicó cerca de 40 minutos a saludar uno a uno a los representantes de las 93 delegaciones que llegaron al Vaticano.
Y después, tras quitarse los paramentos litúrgicos con los que ofició la misa, subió al papamóvil y recorrió una repleta plaza de San Pedro saludando a los fieles.
Al comienzo del trayecto el papamóvil se detuvo y se subió el alcalde de Roma, Ignazio Marino, que saludó con un cordial apretón de manos al pontífice. Después continuó su recorrido y circuló por un carril libre de la Via de la Conciliación, la avenida que une Roma y Ciudad del Vaticano.