Rodríguez Moreno, de 40 años, brilló con un trabajo pulcro y le devolvió la confianza al futbol, si es que había dudas.
El árbitro mexicano Marco Antonio Rodríguez realizó un trabajo sobrio, sereno y prudente en la conducción del partido en que Alemania venció por 7-1 a Brasil, por las semifinales de la Copa del Mundo 2014.
Los reflectores también cayeron sobre el colegiado en este partido por las sospechas de cierto favoritismo de los silbantes hacia los anfitriones, a partir del polémico penal decretado por el juez japonés Yuichi Nishimura en el juego inaugural, que el anfitrión ganó por 1-3 a Croacia.
Esto continuó en los cuartos de final con el árbitro español Carlos Velasco Carballo, quien no marcó un penal a favor de los colombianos y permitió el juego ríspido de los de casa, que ganaron 2-1.
Hoy, sobre la cancha del Estadio Mineirao, Rodríguez Moreno, de 40 años, brilló con un trabajo pulcro y le devolvió la confianza al futbol, si es que había dudas.
El colegiado mexicano demostró haber dejado su acostumbrado protagonismo y, por el contrario, hoy se observó parsimonioso y conminó, en dos o tres momentos del partido, a la calma y a la serenidad a los jugadores involucrados en acciones fuertes.
Acompañado de sus compatriotas Marvin Torrentera y Marcos Quintero, que fueron los asistentes, sí tuvo contadas fallas, pero intrascendentes para el rumbo del juego, porque los goles de los alemanes también le ayudaron a llegar a buen puerto.
Tal vez la más “grave” fue un codazo del capitán brasileño David Luiz a Jerome Boateng, pero fue tan rápido que se le excusa.
También un fuera de lugar de Mesut Oezil, a la hora de recibir y dar el pase a Sami Khedira para el quinto gol de los teutones, pero fue tan imperceptible que sólo se ve a través del video.
Luego de esta labor, Rodríguez, Torrentera y Quintero, tienen muchas posibilidades de dirigir el partido final, a desarrollarse el próximo domingo en la cancha del histórico Estadio Maracaná de Río de Janeiro.
