A dos semanas de que inició el ciclo escolar en Gómez Palacio, se continúan ofertando productos que son dañinos para la salud de los niños al exterior de los planteles. (El Siglo de Torreón)
Con todo y los esfuerzos de las autoridades educativas y los programas que se han llevado a cabo para eliminar la comida chatarra en las instituciones educativas, a dos semanas de que inició el ciclo escolar en Gómez Palacio, se continúan ofertando productos que son dañinos para la salud de los niños al exterior de los planteles.
Y es que sin ningún problema, los vendedores ambulantes llegan 30 minutos para instalarse en la entrada principal de las escuelas y poner a la venta dulces, frituras, chocolates y nieves que son consumidos por los pequeños con el consentimiento de los padres de familia.
Sin embargo, para otros papás y tutores de los estudiantes, el hecho de que se ofrezcan alimentos con alto contenido en grasas y azúcares a las afueras de los planteles, es un grave riesgo para la salud.
'Yo dejo a mis nietos que compren pulseras o anillos con la señora que se pone aquí afuera, pero nunca les compro churros y mucho menos nieve, porque esos vendedores la preparan con agua de la llave', comentó un señor que acudió por los niños a la escuela primaria Bruno Martínez.