Uno de sus sueños dentro del boxeo, era presentarse en Estados Unidos y tener una actuación destacada, que le abriera camino para tener la oportunidad de disputar un campeonato mundial.
Pero el lagunero Roberto Ortiz, no contaba que el destino le jugaría una mala jugada en el US Bank Arena de Cincinnati, Ohio, el pasado 6 de septiembre, ante el excampeón mundial argentino Lucas Matthysse.
El "Massa" sucumbió por nocaut efectivo en dos asaltos ante el pampero, con una controvertida actuación del réferi Benjy Esteves Jr., quien ya no dejó seguir combatiendo al oriundo de Torreón.
A varias semanas del pleito en la Unión Americana, el púgil confesó: "Me quedo con un mal sabor de boca, fue una preparación de 10 semanas, de mucho esfuerzo y sacrificio, de un desgaste físico intenso, con un equipo de trabajo que todos fuimos a la par, pero nunca me esperé el desenlace".
Uno de los argumentos claves que tuvo el boxeador en contra, es que sus entrenadores Gustavo Rodríguez y Ulises Ruvalcaba, no pudieron acompañarlo a la contienda, al no tener los papeles reglamentarios.
"Fue un factor importante en contra, las visas de trabajo no llegaron. Se unió otro exentrenador (Jorge 'Mapimí' Rodríguez) pero no es lo mismo, porque se trabaja de una manera y el cambiar en la última semana, no te sientes protegido, con la misma seguridad".
Dijo que aunque no se modificó el plan de pelea y la estrategia trazada desde tiempo atrás, no tuvo la misma confianza y concentración que si hubieran estado los populares "Tavo" y "Chucky", por lo que lo asimila como experiencia y aprendizaje.
A LEVANTARSE
Contrario a lo que muchos aficionados pudieran pensar, el "Massa" no está acabado y hay para rato arriba de los encordados, ya que la meta sigue siendo la misma. Ser campeón del mundo, aunque la perspectiva ya es otra.
"Tenía 7 años sin perder, 34 peleas invicto, se siente raro y diferente, el ya no tener tampoco el cinturón, es lo que la gente pregunta, ahora me toca estar del otro lado" dijo el pugilista.
El tropiezo lo mandó hasta el décimo puesto en las clasificaciones mensuales del Consejo Mundial de Boxeo (WBC, por sus siglas en inglés) dentro de la división de los superligeros.
"De la derrota hay que levantarse emocionalmente, es algo que implica si estás listo para esto, hay que trabajar más duro y prometo a todos que me reivindicaré".
Ortiz acepta que ha hablado poco con su empresa, Boeing Time Promotions, pero supo que lo quieren ver pelear otra vez en Estados Unidos, mucho más a fondo, para saber de sus cualidades, ya que nadie se quedó conforme.
"A lo mejor para el próximo año hay una pelea a 10 rounds, para luego buscar una pelea grande. Me queda mucho aprendizaje, era mi primera vez en Estados Unidos, en función grande, coestelar y estar frente a uno de los mejores en la división.
LECCIÓN APRENDIDA
Luego de presentarse en una velada de corte internacional en Estados Unidos, Ortiz sabe que para la siguiente ocasión, implicará más trabajo, concentración y donde no puede darse el lujo de parpadear en ningún segundo.
"No la esperaba (derrota), vamos a levantarnos y buscar la meta que siempre he buscado y soñado de ser campeón mundial. Hay que saberse levantar".
El "Massa" acepta que fue sorprendido con un gancho a la zona hepática en el segundo round, por lo que se hincó para tomar aire y recuperarse, por lo que se paró a la cuenta de 9, pero el tercero sobre la superficie no lo vio así.
"En ningún momento me achiqué, yo vi el panorama igual que en otras peleas, estaba bien física y mentalmente, son cosas que pasan en el boxeo, hubo mala fortuna, pero es aprendizaje y la próxima vez no me pasará".
Recordó que se estaba cuidando la cara al momento del desenlace, aunque instantes previos, sintió fuerte la mano de Matthysse cuando le tapaba sus golpes.
"El gancho al hígado fue bien colocado y no tan fuerte, me voy a levantar, a reivindicarme, a que la gente vuelva a creer en mí, este deporte es de revanchas" dejó en claro el boxeador profesional.
