Experiencias. Será el viernes cuando los jóvenes abandonen sus comodidades para emprender un viaje a varias comunidades con el único objetivo de llevar la palabra de Dios en esta Semana Santa.
Las más de ocho horas que vivió en cautiverio a manos de hombres armados de la sierra de Altamirano en Guerrero, no "espantaron" el sueño de Moisés de seguir compartiendo su fe en las comunidades más alejadas, sino que lo hizo más fuerte y lo llenó de ganas de continuar con su labor de misionero.
Ya son seis años en los que el joven estudiante, ha dejado todo sus comodidades para llevar la palabra de Dios y también aprender a valorar su vida, así como lo que tiene y lo que no tiene. "Para mi ser misionero es algo maravilloso y especial", dice lleno de orgullo, Moisés Morillón, quien forma parte de la Liga de Misional Juvenil de Torreón.
Hace un par de años, el joven viajó a la sierra guerrerense junto con dos compañeros, uno originario del Distrito Federal y otro del Estado de México. Nunca imaginaron que vivirían una terrible experiencia.
Al llegar, fueron interceptados por un grupo de hombres armados. Mientras el líder de ese grupo criminal indagaba antecedentes de los misioneros y sus intenciones, pasaron horas que se volvieron interminables para los jóvenes.
Luego de que aquellos hombres comprobaron que en verdad eran sólo unos misioneros, los dejaron en libertad, no sin antes ponerse a su disposición, "nos dijo el líder, yo estoy con ustedes y los voy a apoyar".
Más que una amarga experiencia, para Moisés fue una clara muestra de que Dios siempre está con ellos y sobre todo que en cada persona siempre existe esa "gotita de bondad", "Cristo les dice a los pecadores, todos serán tomados de la mano de Dios", dice Morillón, quien agrega que Dios dice "ama a tus enemigos".
Moisés se prepara para una nueva experiencia. En esta ocasión, pasará la Semana Santa en el municipio de Viesca, en las comunidades más alejadas en donde la palabra de Dios llega de vez en cuando. Y es que más que enseñarles cosas nuevas, el joven se dice que está dispuesto a aprender con su humildad y su sencillez.
ESCUCHA EL LLAMADO
Susana Moreno, es otra joven misionera con seis años de experiencia. La estudiante, al igual que sus compañeros de grupo, ha decidido cambiar sus viajes de verano, por días de experiencias que han marcado su vida, en aquellos lugares en donde sus necesidades materiales son muchas, no así las espirituales.
Con emoción, explica que cada persona tiene un motivo en la vida, y el de ella es la servir. "Cuando conocemos la misión, el servicio al hermano lejano ya cambia la perspectiva de vida y ya no quieres irte a Mazatlán o a cualquier otro lado, ya buscas el servicio", dice.
En este año permanecerá una semana en una comunidad lejana del municipio de Viesca, en espera de dar su mensaje a grandes y pequeños durante la Semana Mayor.
"La primera misión es la que más te marca, me tocó una zona indígena muy humilde, al llegar ahí desprenderte de todo, la luz, de la distancia del camino, fue la familia", comenta Susana.
NUEVA EXPERIENCIAS
A sus 16 años, Norma Romero vivirá por primera vez la experiencia de ser misionera. Durante la Semana Santa estará en una comunidad de Viesca, en donde las carencias las vivirá en carne propia.
No duda, pues está dispuesta a vivir ese llamado. "He aprendido de mis compañeros que es una experiencia única, pudiera decirse, de gente privilegiada", comenta. Asegura que Dios le ha dado mucho y "una vez que lo conoces, sientes esa necesidad de transmitir todo ese amor a los demás".
Aunque siempre estuvo segura, sus padres no mostraron su apoyo al conocer la noticia. "Me dijeron, estás loca, aquí tienes todo", dice sonriendo, ya que ahora todo es un mal recuerdo. Ahora sus padres están dispuestos a dejarla vivir esa experiencia, que asegura será bella e inigualable, dice la mujer.