Directivos de la secundaria 64 de Frontera confirmaron la distribución y consumo de drogas en el plantel, pero minimizaron el hecho y se limitaron a dar un "estirón de orejas al vendedor y los consumidores", a la vez los padres de familia que tomaron la escuela denunciaron amenazas de muerte recibidas durante la madrugada.
Integrantes de la sociedad de padres de familia cerraron la escuela para denunciar que los estudiantes se estaban drogando en el plantel. Entre los manifestantes hubo mujeres que aseguraron que al llegar a la escuela, encontraron a sus hijas drogadas con "spuk" o pintura en spray.