Los más de 400 sismos registrados el pasado septiembre en el litoral de Castellón (este de España) tienen una "relación directa" con la inyección de gas destinadas a un almacenamiento subterráneo frente a estas costas, según un informe del Instituto Geográfico Nacional (IGN).
El estudio, además, reveló la existencia de una falla en la zona hasta ahora no identificada, y asegura que no se tuvo en cuenta el "impacto de sismicidad inducida" para determinar la peligrosidad del Proyecto Castor, que pretendía construir en la costa mediterránea un almacén de gas natural que garantizara una reserva de suministro para España.
Este estudio fue encargado al IGN en septiembre de 2013 por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo español, que ordenó la paralización de las actividades de Castor a finales de ese mes, tras la detección de varios centenares de pequeños terremotos, una quincena de los cuales fue percibida por la población.
El sismo de mayor relevancia registrado en la zona en esas semanas alcanzó un valor de 4,2 grados de intensidad en la Escala Richter.
El texto del IGN asegura que desde 1920 hasta el 1 de junio de 2013, el número de seísmos en esa zona fue de 203, mientras que solo en septiembre de 2013 hubo unos cuatrocientos.
En sus conclusiones el informe señala que la actividad sísmica registrada no pertenece a la de la denominada falla de Amposta, por lo que "se trataría de otra falla no cartografiada", y aconseja que sean expertos geólogos quienes la identifiquen.
El Proyecto Castor pretendía aprovechar un antiguo pozo petrolífero situado a 1.750 metros bajo el nivel del mar y a veinte kilómetros de la costa castellonense con una inversión estimada en unos 1.200 millones de euros.
Asociaciones vecinales, expertos y autoridades de Castellón mostraron su satisfacción por tener ya la certeza de que la inyección de gas del proyecto Castor ocasionó los seísmos del año pasado.
