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Posada Coatepec, hacienda convertida en hotel boutique.

Posada Coatepec, hacienda convertida en hotel boutique.

AGENCIAS.-

Nada mejor que el aroma del grano recién molido que despierta al viajero para caminar por las calles coloridas de Coatepec y Xico, dos pueblitos donde probar el pan artesanal y sentarse a tomar una taza en una tarde cubierta por la neblina es todo un placer. La ruta llega hasta la cultural Xalapa y al pintoresco pueblo de Naolinco.

Los chalahuites enormes, los naranjos y los platanales, son una mezcla de verdes que resaltan entre un banco de niebla abrumador. Unas ligeras gotas de lluvia terminan por complementar esta mañana fría de invierno, en Coatepec.

A la entrada del pueblo, en el kilómetro 4, encontramos el Museo Café-Tal Apan, una parada obligatoria para todo aquel que emprende un viaje por la región cafetalera de Veracruz. La guía nos da la bienvenida en lo que simula ser una finca. Para entrar en calor, nos ofrece una taza de expresso o macchiato, con todo y su decoración en la espuma.

El azúcar se pone sobre la mesa. Antes de sumergir la cuchara, nos advierten que el endulzante es el enemigo número uno del café porque mata todas sus propiedades, aromas y sabores. Pero como todo inexperto en estos menesteres, tenemos la oportunidad de ponerle un poquito, "si quieren", dice la guía en un tono sarcástico. Desistimos y comenzamos una mini cata.

No falta el que hace muecas ante el primer sorbo amargo. Uno más, y después llevamos a la boca un trozo de galleta dulce recién horneada, el sabor cambia, es más agradable.

Un café siempre debe maridarse con alimentos dulces, así es como se suplen las cucharadas de azúcar, que además no es muy buena para el organismo.

Veracruz es el principal productor de café de altura en México. La denominación "de altura" se refiere a la altitud (de 900 a mil 500 metros sobre el nivel de mar) en que se cultiva el café, la mayoría de variedad arábiga, la más aromática y sembrada bajo sombra.

Por eso, tanto platanal, naranjo y helechos en Coatepec, sirviendo de parasoles a los cafetales que se cosechan sólo en invierno, de noviembre a marzo.

El museo tiene plantaciones donde el turista recolecta las cerezas. La lluvia de la noche anterior nos roba la oportunidad de entrar a los cafetales porque ha hecho salir las víboras. Nuestra visita también incluye el proceso de secado, selección de granos -caracolillo, planchuela y oro-, tostado y molienda.

Sorbo a sorbo

Las calles coloridas y coloniales del centro de Coatepec, siempre están impregnadas con el aroma de la tierra fresca y el café recién molido.

En el cuadro que forma la plaza principal, están las cafeterías clásicas, como Finca Andrade (Miguel Lerdo 5), visitada por actores de televisión y cine. Tiene un muro gigante con centenares de autógrafos y, en la entrada, un mostrador con panes dulces artesanales hechos en el mismo pueblo. El molino funciona casi todo el día, así que "a taza" llega una infusión fresca, ideal para sentarse y contemplar el subir y bajar de la neblina.

A un costado está El Zaguán, un callejón adaptado como plaza con tiendas de artesanías: desde pulseritas tejidas en cuero hasta textiles bordados en la sierra de Zongolica. Sobre la banqueta, abundan los puestos de toritos (el licor de sabores, típico del estado) y de orquídeas. Coatepec tiene cinco mil variedades de la planta, incluso tiene su propio museo, en Aldama 20.

Sobre Luis de San José 3, encontramos la cafetería La Vereda. Tres motos Harley Davidson, como decoración, nos indican que el rock sabe llevarse bien con el café. La planta alta es una minigalería de pinturas de artistas locales. De noche, sirven pizzas y pastas artesanales.

Por la calle Constitución, llegamos a El Resobado, una panadería con más de un siglo de existencia, donde el pan a la leña es toda una tradición. Es pequeñita, pero funciona las 24 horas. Utilizan ingredientes básicos: harina, azúcar y levadura, con ellos forman más de 100 piezas por turno, de diferentes formas. Las conchas y los privilegios (bolillitos dulces) son los primeros en acabarse. Hay piezas desde tres pesos, igual que en las otras 50 panaderías artesanales del pueblo.

Los hijos de María Magdalena

Al día siguiente, partimos al Pueblo Mágico de Xico, otro tesoro que combina el café con la naturaleza, a 20 minutos de Coatepec.

Conducimos hasta la cascada de Texolo, una zona Ramsar donde se protegen los humedales. El área es todo un bosque de niebla con encinos, hayas y chalahuites que superan los siete metros de altura. También, es una región de cafetales, todos con sus cerezas rojas que los campesinos se encargan de cosechar, desde las cinco hasta las diez de la mañana. Por las calles, se les ve cargando sus canastas.

La cascada de Texolo ("mono sobre la piedra", en náhuatl) es un velo de agua cristalina con 60 metros de altura. Se puede observar desde un mirador conservado por CFE.

El misticismo envuelve la caída de agua, los habitantes aseguran que por las noches se escuchan los gemidos de La Llorona. Unos turistas afirman la versión: "anoche se escuchaba hasta allá arriba, en la cabaña que estamos rentando". Nosotros seguimos escépticos y preferimos ver las parvadas de aguilillas y gorriones. En octubre, se puede observar la migración de tucanes provenientes de Brasil.

La profundidad de la cascada, de diez metros, impide que la gente se dé un chapuzón. Es mejor caminar por un puente retorcido que existe desde 1900 hasta llegar a La Monja, otra caída de agua, pero de ocho metros. Dicen que una mujer dedicada a Dios cayó al precipicio por tratar de salvarle la vida a otra persona. Su espíritu puede verse deambular por las noches.

Ahora partimos al centro de Xico. La traza del pueblo es un rectángulo de 15 cuadras de largo y cinco de ancho, en las que siempre hay fiesta, desde la quinceañera desfilando por las calles mientras los mariachis tocan a sus espaldas, hasta la fiesta patronal a Santa María Magdalena, en julio.

Tanta es la veneración a la Virgen que tiene un museo dentro de la parroquia principal, con más de 700 vestidos donados por los habitantes y otras personalidades. Para ser un donador, hay que permanecer en lista de espera por tres años.

Hace hambre, así que vamos a la pizzería Panzanella, sobre la calle Hidalgo, la misma que nace al pie de la parroquia de María Magdalena. El local, además de especializarse en platillos italianos, también presume la cocina regional. A nuestra mesa, llega un platón con una porción de arroz rojo, un trocito de longaniza ahumada por el mismo chef, un chile relleno de carne deshebrada y el famosos mole xiqueño. Con una jarra de té helado preparado al instante, cada persona pagamos cien pesos.

El postre: una taza de café, en Cafetalera Texolo. El local es pequeñito, apenas para 15 personas, con atención privilegiada de los dueños. Son maestros en preparar expresos, un arte procedente de Italia.

Ellos han sido asesorados y felicitados por el creador de los cafés Illy. Mientras está nuestra infusión, jugamos con las tazas y cucharas a gran escala que decoran sus paredes. Podemos sentarnos en la sala y tomar un libro. La dueña nos comparte buñuelos. Así es con todos, incluso, si el visitante pasa y ve la cafetería cerrada, sólo bastará con tocar el timbre y se le abrirá para él solito.

Las tardes en Xico se ocupan para ir a comprar pan a las casas de los habitantes. Todos se conocen y se organizan para sacar el producto del horno a determinada hora. La Bruja es de los últimos, en Josefa Ortiz de Domínguez. Su fama se debe a que elaboran el pan con yema de huevo y mantequilla. Garantizan que durará más de 15 días fresco.

De Xalapa a Naolinco

Siguiendo el camino de niebla, llegamos a nuestra parada final, la capital del estado, a 40 minutos de Xico.

En Xalapa, pasamos la tarde visitando su Museo de Antropología, el segundo más importante después del Distrito Federal. Un solo viaje para visitarlo vale la pena. Conserva 10 de las 17 cabezas colosales de la cultura Olmeca. En total, son mil 500 piezas pertenecientes a las tres regiones de Veracruz: Olmeca, Centro y Huasteca. En resguardo, hay 27 mil.

Otros tesoros de la ciudad son: la Casa de las Artesanías, la Pinacoteca Diego Rivera, sus callejones con leyendas y los siete miradores naturales, como el Parque Juárez; abajo de éste se encuentra la galería de arte Ágora y un sendero de esculturas.

Antes de regresar al DF, visitamos Naolinco, un pueblito de artesanos dedicados a trabajar la piel. Nos llevamos zapatos desde 300 pesos. También, dulces de leche, una máscara del artista Lino Mora y el buen sabor del mole y los chipotles rellenos.

Lo que debes saber

* Brasil es el productor número uno de café de altura.

* Dónde nace: los primeros cafetales fueron descubiertos por un pastor, en Etiopía.

* El mayor consumidor del mundo es Finlandia, con 12 kilos por año. México sólo llega a un kilo.

* La calidad del café se mide por la altura en la que es cultivado. Jamaica ocupa el primer lugar.

* El café americano se recomienda para mantenerse despierto durante todo el día.

* Preparación: verter una cucharada sopera al ras, por cada taza. El agua nunca debe hervir.

*Su frescura se pierde en seis meses. Debe guardarse bien cerrado y en lugares frescos.

En el cuadro principal del centro de Coatepec, se concentran más de 15 cafeterías.

Guía del viajero

Cómo llegar

* Xalapa es la ciudad más cercana a Coatepec, Xico y Naolinco. En auto: desde la Ciudad de México conduce por la carretera a Puebla -Oaxaca, sigue por la autopista Amozoc -Perote. Cruzarás seis casetas: 415 pesos. Tiempo estimado de viaje: Tres horas y media.

* En autobús: ADO cubre la ruta desde las centrales del norte y TAPO. Boleto sencillo, desde 364 pesos. Tiempo estimado de viaje: cuatro horas y media.

DÓNDE DORMIR

* Xalapa: Hotel Colombe. Once habitaciones de diseño mexicano. Cuenta con restaurante de cocina de autor, bar y spa. Organiza recorridos fotográficos por la ciudad. Tarifas desde 850 pesos por noche.

* Coatepec: Posada Coatepec, hotel de categoría especial con 23 habitaciones. Tiene restaurante, bar, tienda de artesanías y alberca. Tarifas desde 2 mil pesos por noche.

* Xico: Cabañas del Puente, ubicadas cerca de la cascada de Texolo. Tarifas desde 650 pesos por noche.

MUSEOS

* Museo del café

Entrada: 35 pesos por persona, incluye degustación. Paquete con alimentos desde 150 pesos por persona.

* Museo de Antropología

Entrada: 50 pesos por persona. Abre de martes a domingo.

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