El INE cumplió por primera vez su reciente responsabilidad de nombrar a los consejeros de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES) en los 18 estados en los que habrá elecciones concurrentes en 2015.
Como se sabe, los promotores de la reforma - el PAN y el PRD - insistieron en que los consejeros locales fueran nombrados por el INE para así quitar la influencia directa que habían denunciado de gobernadores y partidos locales, pues en muchos casos se había perdido por completo la autonomía e imparcialidad. Algunos analistas y observadores señalamos que si bien se podía ganar con ello mayor confianza y autonomía en los nuevos consejos, persistiría la sospecha de que igualmente los nuevos consejeros locales fueran nombrados por cuotas partidarias a través de los propios consejeros del INE. Eso, en virtud de que esos consejeros igualmente habían sido nombrados por los partidos a través de las tradicionales cuotas.
No conozco a los nuevos consejeros locales ni su trayectoria, por lo que no podría decir que, como lo denuncian PAN y PRD, muchos están sesgados en favor del PRI. Pero que la mayoría de los consejos locales hayan sido votados por consenso de los 11 consejeros del INE, y el resto por 10, me lleva a pensar que no necesariamente hubo intencionalidad política en dichos nombramientos. Pero sí que al estar el INE todavía sujeto al viejo modelo en que los consejeros son electos por los propios partidos -a partir de la cercanía con éstos- tiende a generar la sospecha y el riesgo de que algunos de esos consejeros se sientan comprometidos con sus partidos promotores y actúen en consecuencia -hay estudios que así lo demuestran para la mayoría de los consejeros 1996 y 2003, con excepciones desde luego-.
Pero resulta que ninguno de los partidos -incluyendo a los que ahora acusan de parcialidad de los consejeros del INE- desea renunciar a dicha prerrogativa en el nivel federal -es decir, respecto a los propios consejeros del INE- (lo hicieron ya también con los magistrados electorales locales). ¿Por qué se reclaman después comportamientos partidizados -supuestos o reales- en esos mismos consejeros? Más bien deberían pensar que la misma lógica que los llevó a quitar de los partidos locales el nombramiento de los consejeros a nivel estatal, se aplica a nivel federal con el INE. ¿Por qué habría de ser distinto en un nivel y respecto del otro? El TEPJF tendrá la última palabra respecto los consejos locales impugnados por diversos partidos, pero de mantener los nombramientos los partidos inconformes retirarán su confianza de varios procesos locales el año que viene. ¿Por qué no mejor, como incluso algunos consejeros del INE sugieren, cambiar el modelo también a nivel federal, y renuncian los partidos a esa prerrogativa de cuyos usos evidentemente desconfían los propios partidos?
Finalmente, la consejera Pamela San Martín votó en contra de los consejos en ciertas entidades, considerando que se había pasado por alto un ordenamiento en la nueva ley electoral, que prohíbe designar como consejeros locales a miembros del Servicio Electoral Nacional. Es decir, consideró el legislador que quienes han desempeñado una carrera técnica en instituciones electorales (administrativas) no son idóneos para ocupar el cargo de consejeros. Los consejeros del INE, en su mayoría, no coinciden con esa visión, y legalmente esgrimieron el hecho de que aún no existe ese Servicio Electoral Nacional -existe el del IFE y en algunas entidades también, pero no nacional-. Pero lo que sugiere la consejera San Martín es que se obvió el espíritu de la ley, aunque no su letra. Habría en todo caso que aclarar las razones de por qué el legislador no considera a los miembros de la burocracia electoral -de los que surgieron cerca del 60 % de consejeros locales esta ocasión- como idóneos para ocupar ese cargo. Pero en todo caso, ese es el espíritu de la nueva legislación, aunque los consejeros no coincidan con ella.
Profesor del CIDE