Es importante evitar áreas donde hay humo, polvos, tóxicos, ambientes fríos y la práctica de ejercicio físico al aire libre durante las primeras horas, porque la inversión térmica evita la dispersión de los contaminantes. (ARCHIVO)
La prevención primaria de una enfermedad respiratoria debe ser integral, es decir, con abrigo, higiene, alimentación rica en verduras y frutas y evitando los cambios bruscos de temperatura, sobre todo ante las bajas temperaturas ambientales, porque incrementan la frecuencia y gravedad de esos padecimientos.
Las frutas y verduras ofrecen vitaminas antioxidantes de tipo A, C, D y E que ayudan a prevenir el desarrollo de complicaciones y son parte esencial de una nutrición adecuada, particularmente para mantener fortalecido el organismo.
Las personas con una cardiopatía, cáncer, niños, embarazadas y adultos mayores tienen un riesgo elevado de desarrollar una enfermedad de ese tipo, o de que se complique y avance a neumonía, otitis media y sinusitis.
También es importante evitar áreas donde hay humo, polvos, tóxicos, ambientes fríos y la práctica de ejercicio físico al aire libre durante las primeras horas, porque la inversión térmica evita la dispersión de los contaminantes.
Las infecciones respiratorias agudas son el catarro común, rinofaringitis y faringoamigdalitis, las cuales se autolimitan durante los siguiente cinco a siete días. Si después de ese tiempo la persona sigue con síntomas, debe acudir a consulta médica porque puede evolucionar a otitis media supurada, sinusitis o neumonía.