La columna del hoy día no tiene como sería de suponer un comentario sobre la final de la Copa Mundial de futbol, por motivos de trabajo y ausencia de la ciudad envié esta colaboración en días previos a la gran final, en la que muchos dan por descontado el triunfo alemán, pasando por alto la competitividad con la que los argentinos enfrentan cualquier tipo de compromiso.
El título de esta columna hace referencia a dos hechos sobresalientes del futbol, obviamente del Mundial y el partido por el tercer lugar entre anfitriones y holandeses, y por otra parte el deceso de una de las más grandes figuras en la historia del futbol "La saeta rubia" Alfredo di Stéfano, partido y figura de primer orden desairados, el primero por críticos y afición, el segundo por todos.
El recuerdo de Di Stéfano y su influyente figura en el Real Madrid, vigente siempre y hasta hace unas semanas en las que tuvo problemas de salud hacen ver el poco tacto del máximo organismo federativo del futbol, en el que quizá por no estar contemplado en el protocolo previo al inicio del partido o por no sé qué motivos se pasó por alto tan importante pérdida para el mundo del futbol. Estamos conscientes de que para las generaciones actuales no guarda la ascendencia de los astros de moda, sin embargo para un buen número de aficionados su nombre evoca a grandes batallas muchas veces repetidas en nostálgico blanco y negro en noticieros previos o de intermedio en las funciones de cine, sí amigos, aquellas de dos y hasta tres películas por un boleto, las hazañas del Madrid eran ampliamente difundidas para beneplácito de los migrantes que tenían de esta forma noticias de la tierra madre. Se fue un gran ídolo merengue, pero sobre todo una figura mundial.
El otro desaire es el partido por el tercer lugar de la Copa Mundial de futbol 2014, este partido representa para muchos aficionados un encuentro de mero trámite en el que selecciones y asistentes no dan la trascendencia a lo disputado, ni por qué ni cómo los equipos llegan a esas instancias, basta con preguntar a cualquier recalcitrante aficionado cuáles fueron las selecciones que disputaron la triste consolación en Mundiales recientes para meter a muchos de ellos en un verdadero aprieto. Recordemos aquel inolvidable México 70 en el que alemanes e italianos protagonizaron el llamado Partido del Siglo, arbitrado por otro inolvidable don Arturo Yamasaki, los teutones cayeron y enfrentaron a Uruguay, mientras brasileños e italianos disputaron la final, con la obtención de su tercera Copa Mundial y la posesión definitiva de la Jules Rimet para los cariocas con una demostración de ensueño, la que se quedó en la memoria de los que la presenciamos y cantamos en tradición oral, ese mismo ensueño y que es tal vez al momento una pesada losa para los actuales. ¡Hasta la próxima!.
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