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EL GRAN LEGADO DE HAUSLEBER

Jorge Mario Galván Zermeño

El revuelto y contrastante 1968 dejó en nuestro país una gran cantidad de sucesos, el más esperado, el de los juegos Olímpicos nos trajo personajes inspiradores de un cambio que no llega por completo en la competitividad deportiva, la inclusión de la mujer en un rol principal encarnado en Enriqueta Basilio, designada para prender el fuego olímpico, la hazaña de Felipe "Tibio" Muñoz, la participación destacada y esperanzadora de los Roldán y el inicio de una era de triunfos en la disciplina de la marcha con la dramática llegada a la meta del sargento Pedraza en aquella final olímpica de alarido en la marcha.

Este triunfo, como lo señalo líneas arriba, dio origen a una etapa de triunfos entre los marchistas mexicanos producto de la guía y el entrenamiento de un grupo de entrenadores de origen polaco traídos a nuestro país por el entonces director del COM, Jesús Clark Flores, con la finalidad de tener una buena participación en los Juegos Olímpicos y la esperanza de obtener logros en una rama del deporte en la que pareciera que los nuestros habían nacido para ella, Jerzy Hausleber, entrenador de andarines de origen polaco fue contratado para tal fin, llega junto a Tadeus Kempka y Emilio Portzewozky, para que sus conocimientos florecieran en un terreno que ha sido ideal para albergar a talentos de todas las ramas del saber humano rechazados en sus países de origen.

La escuela de Hausleber dio brillo a un periodo brillante con destacadas participaciones que dejaron al atletismo mexicano 118 medallas en competencias oficiales, entre ellas tres de oro en olimpiadas, una con récord mundial y olímpico por Daniel Bautista en Montreal 76, y nombres para la historia, José Pedraza, Daniel Bautista, Raúl González y Ernesto Canto, y la inspiración suficiente para que otros más como Bernardo Segura y Carlos Mercenario destacaran y para que muchos jóvenes se iniciaran en disciplinas afines como los corredores de fondo con la guía de Tadeus Kempka, o que la influencia de la base de la preparación físico-atlética dieran un fuelle impresionante y poco trabajado hasta entonces en el futbol mexicano con el trabajo del profesor Portzewozky con la Selección Nacional y el Club América allá en los 80.

Jerzy Hausleber falleció el miércoles pasado, pero su escuela y su legado truncado por una decisión administrativa quedan para la historia del atletismo nacional, a su salida del COM emigró a Canadá, en donde continuó con sus enseñanzas, regresó a nuestro país hace unos años para terminar sus días entre el reconocimiento de sus entrenados y el olvido del comité al que tanto se entregó. Un reconocimiento a su entrega y al amor mostrado por nuestro país y a su gente. ¡Hasta la próxima!

dr_jorgemgalvanz@hotmail.com

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