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PREVENCIÓN EN NIÑOS

Jorge Mario Galván Zermeño

Practicar un deporte puede enseñar a los niños a ampliar sus límites, a desarrollar su gusto por la actividad física, socializar y a adquirir un sentido de la disciplina. Pero todo deporte lleva consigo el riesgo de una lesión.

Los niños son especialmente susceptibles de sufrir lesiones deportivas por diversas razones, sobre todo aquéllos que todavía no han cumplido 8 años, no tienen aún una buena coordinación motora y sus tiempos de reacción son más lentos que en los adultos porque todavía están en desarrollo.

Los niños maduran a ritmos diferentes y no es raro que haya importantes diferencias de estatura y peso entre niños de la misma edad. Esto favorece que cuando niños de distintas tallas juegan juntos, aumente el riesgo de lesión.

A medida que los niños crecen y se hacen más fuertes, el riesgo de lesiones aumenta. Por ejemplo, un choque entre dos jugadores de futbol americano de 8 años que pesan entre 30 y 32 Kg. no es tan fuerte, como el choque entre dos jugadores de 16 años. Asimismo, los niños no perciben los riesgos de determinadas actividades en la misma medida que los adultos, de modo que tienden a correr más riesgos.

Es necesario no pasar por alto las medidas preventivas indicadas por los reglamentos y entrenadores de cada disciplina, dentro de los cuidados generales se deben contemplar la elección del deporte adecuado para el niño, contar con el equipo óptimo como cascos, coderas, lentes irrompibles y zapatos deportivos adecuados para la superficie en que se desarrollará la práctica. Los tres tipos de lesiones deportivas más habituales en la población infantil son las lesiones agudas, las lesiones por sobrecarga y las lesiones reincidentes.

Las lesiones agudas son de carácter repentino y generalmente se asocian a algún tipo de traumatismo. Las lesiones por sobrecarga se producen a consecuencia de acciones repetitivas que fuerzan o sobrecargan demasiado determinados huesos y músculos. A pesar de que estas lesiones pueden ocurrir tanto en niños como en adultos, son más problemáticas en los atletas infantiles porque pueden tener sobre el crecimiento óseo. Es importante diagnosticar y tratar las lesiones por sobrecarga para evitar que se conviertan en problemas crónicos más graves. Es posible que el médico aconseje al niño modificar temporalmente o eliminar determinada actividad para no forzar o sobrecargar algunas partes del cuerpo.

Otras lesiones frecuentes son las lesiones recidivantes. Ocurren cuando un atleta vuelve a practicar deporte antes de que una lesión previa esté completamente recuperada. En algunos casos, el niño no podrá reanudar la actividad deportiva sin riesgo a alguna lesión más. Puesto que algunas de las lesiones se caracterizan por la existencia de inflamación, es posible que como parte del tratamiento se aconseje reposo o disminuir la frecuencia e intensidad de la práctica deportiva, medicamentos para ayudar a reducir la inflamación y fisioterapia (para recuperar la funcionalidad de la zona afectada). Una vez recuperado, es posible que la técnica deportiva de su hijo deban ser modificados para impedir que se vuelva a lesionar. Recomiendo a los padres llevar a cabo una revisión médica periódica y dar crédito suficiente al niño cuando manifieste dolor. ¡Hasta la próxima!

dr_jorgemgalvanz@hotmail.com

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