En el mes de abril de este año, en los diarios y revistas especializadas de los Estados Unidos y del Reino Unido aparecieron reportes acerca de los "franceses perezosos". Una nueva ley laboral aparentemente ha prohibido a las empresas francesas el enviar correos electrónicos a sus empleados después de las 6 de la tarde. Sin embargo, esto es más un caso de trabajadores extremosos que de franceses perezosos. El Economista explica que la "ley" no es exactamente una ley, sino un acuerdo laboral que busca mejorar la salud de un grupo específico de profesionistas y no es un toque de queda para las comunicaciones digitales.
Como todos los mitos, este de ser flojo por no tener comunicaciones de trabajo después de salir de la oficina, revela los valores que por muchos años han sido sostenidos por quienes los promovieron. Los ingleses y estadounidenses siempre han considerado que los franceses y otros, no se esfuerzan como ellos que si son soldados corporativos que continúan trabajando duro incluso fuera de horas de trabajo y se sienten orgullosos de ello. Una encuesta de Gallup hecha en mayo pasado encontró que la mayor parte de los trabajadores estadounidenses (y muchos profesionistas mexicanos -dato propio del autor-) ven como positiva su conexión constante con sus compañeros de trabajo aun fuera del mismo. En la era de los teléfonos inteligentes, el tiempo fuera no existe y nos creemos más productivos y más felices por ello.
¿Si somos más productivos y felices? Después de leer varios libros, artículos y estudios acerca de este tema, y de conocer la opinión de expertos en neurobiología, psicología, educación y literatura, no he encontrado datos que comprueben que por ello somos más productivos y felices. Cuando aceptamos que no hay horario para el trabajo -o que vivimos para el trabajo todo el día-, revisando noticias de negocios, leyendo revistas especializadas cuando estamos a punto de dormir o contestamos correos electrónicos de nuestros compañeros de trabajo durante el desayuno, podemos sentir que estamos muy dedicados al trabajo y que somos trabajadores incansables; en realidad sólo logramos hacer poco y por lo general lo que urge y no lo que verdaderamente es importante. Estar ocupado no necesariamente es igual a ser efectivo.
Más que estar disponibles para trabajar a deshoras, debemos enfocarnos en ser verdaderamente efectivos en las horas de trabajo, sin distraernos para terminar oportunamente nuestras tareas principales. Facebook y Twitter reportan que sus sitios son más visitados durante las horas de oficina, después de todo, quien está dispuesto a contestarle a su jefe el domingo por la mañana, está igual de dispuesto a chatear con sus amigos durante las horas normales de oficina.
Además, las investigaciones al respecto han demostrado que estas conexiones personales a las redes sociales en horas de oficina son muy costosas en términos de productividad. No son sólo los minutos en responder a Twitter y Facebook, sino también el tiempo y la energía perdidos en volver a tomar el hilo del trabajo normal después de chatear.
El profesor Douglas Gentile, de la Universidad de Iowa y que estudia los efectos de los medios de comunicación en la atención de quien los usa, explica que "Cualquier persona que piensa que es muy hábil en realizar al mismo tiempo multitrabajos, está equivocada. Los multitrabajos ocasionan multipérdidas de tiempo para reconectarse a las actividades de trabajo normales.
Cada cambio de atención provoca que nuestro cerebro vaya y venga en su enfoque y esto provoca pérdidas de atención que dan como resultado una fuerza de trabajo agotada, agobiada y preocupada, incapaz de producir energía creativa de manera sostenida. Los cambios de atención constantes significan que siempre estamos trabajando, sí, pero también significan que nunca estamos en el trabajo -al menos, no completamente, con nuestros cinco sentidos.
Las empresas y los ejecutivos que buscan la generación de nuevas ideas de valor o una alta capacidad de pensamiento significativamente crítico en sus empleados, necesitan reconocer que la desconexión de sus empleados fuera de horas de trabajo, da mucho mejores resultados, para la empresa y para el empleado, que la conexión permanente.
Algunos empleados dependen realmente de las comunicaciones en tiempo real, sin embargo, la gran mayoría necesita descanso de la tormenta digital de las comunicaciones. El revisar y contestar el correo electrónico por etapas durante el día es una de las soluciones fáciles para no desenfocarse en el trabajo continuamente. La mayor parte de los colegas y clientes sobrevivirán algunas horas sin nuestra respuesta y si realmente tienen una urgencia, nos llamarán por teléfono. El historiador de tecnología Melvin Kranzberg dijo: "La tecnología no es ni mala ni buena, ni siquiera neutral".
Nuestro culto por la conectividad a veces va demasiado lejos. No podemos ser drásticos para estar siempre conectados o siempre desconectados de nuestro trabajo, pero si debemos de tomar una decisión en cuanto al nivel de mezcla de ambas cosas a diferentes tiempos para maximizar nuestra productividad, nuestro éxito y nuestra satisfacción. No se aferre a estar conectado al trabajo todo el tiempo fuera del horario normal, no trabaje mal.