Un estudiante de la Universidad de Virginia era, en la mayor parte de sus actividades, como cualquier otro típico estudiante universitario perteneciente a la generación de estudiantes que terminaron su carrera en el año 2014. Estudiaba con mucho empeño, ingresó a una de las fraternidades de la universidad, perteneció a la sociedad de debates y participó en los deportes y las porras. Pero en un aspecto en particular, este estudiante, Jerry Reid, estaba muy lejos de lo que es un estudiante universitario típico: Inició sus estudios universitarios a la edad de 66 años y se graduó en la primavera de este año a los 70. "Me he convertido en la persona que siempre quise ser" dijo Jerry durante una entrevista de una televisora.
A pesar de que la mayor parte de las personas de la edad de Jerry no están dispuestas a replicar los esfuerzos por cursar una carrera universitaria que no tuvieron la oportunidad de hacer en su juventud, hoy muchas personas de la llamada Tercera Edad, están poco a poco poblando las aulas universitarias. En 1968 la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica de la Universidad de Nuevo León, tenía entre sus 3 mil alumnos una sola estudiante mujer, hoy, las mujeres representan, en esta Facultad, el 46% de los más de 20 mil alumnos que estudian alguna de las carreras que se ofrecen en esta Facultad. La tendencia indica que, con el paso de los años, la cantidad de estudiantes universitarios de la tercera edad, crecerá exponencialmente como ha sucedido con la participación femenina en carreras que se consideraban solo para el género masculino.
El propósito de las personas de la Tercera Edad que ingresan a las aulas universitarias no es intentar dar marcha atrás en el reloj de sus vidas, sino obtener ayuda académica para enfrentar con éxito una de las más importantes transiciones de nuestras vidas: Poder navegar de los años de frenética madurez hacia el nuevo capítulo de una larga vida plena de su vejez, tomando en cuenta la creciente expectativa de vida.
Estos nuevos estudiantes adultos mayores, aparte de enfrentar dudas acerca de que vocación seguir en el resto de sus vidas, encaran preguntas fundamentales como quiénes serán en el futuro y qué será de ellos. Considerando que tienen una alta expectativa de vivir con salud y con entusiasmo 25 años o más, muchos de ellos en sus décadas de los cincuentas, sesentas o hasta setentas, están en busca de estrategias que les puedan proporcionar un nuevo sentido y un nuevo propósito a sus vidas, para seguir desarrollándose exitosamente.
A principios de 1930 (aclaro que yo todavía no nacía), el psicólogo Carl Jung tuvo mucha visión al considerar que tarde o temprano se presentaría este suceso de la educación universitaria en la Tercera Edad. En su libro "Estrategias para la Vida" Carl opinaba que debería haber escuelas que preparen a las personas maduras para vivir una vida plena. Jung concluía enfáticamente: "Vivimos la tarde de nuestra vida de acuerdo a lo que programamos para la mañana de la misma, pero lo que era bueno por la mañana, ya no lo es para la tarde y lo que era verdad por la mañana, se convierte en mentira por la tarde".
La visión de Carl Jung ha tomado décadas en hacerse realidad, pero las personas de la Tercera Edad ya están llegando a las aulas universitarias. Entre otras personas que siguen esta tendencia está la Sra. RosabethMossKanter y sus compañeros de clase en Harvard, quienes en el año 2005 escucharon la llamada a clases para la tercera etapa de sus vidas. Con esto, ellos saben que hay mucho que hacer más allá de los estudios profesionales y se distinguen por pertenecer al segmento de adultos que viven el aprendizaje a lo largo de toda su vida. Experimentando una nueva fase de sus vidas después de la madurez, estos adultos mayores son un convincente caso de éxito al considerar la educación universitaria como un factor catalítico y transformacional que llena las necesidades de un segmento de la población que vive más años, con salud y potencialmente con una vida más productiva como nunca antes en la historia de la humanidad.
No contenta con participar en la educación universitaria para los mayores, RosabethKanter encabeza la Iniciativa para el Liderazgo Avanzado de la Universidad de Harvard (ALI, por sus siglas en ingles), la cual hoy tiene ya la séptima generación. ALI agrupa a líderes exitosos que tienen mucha experiencia que están deseosos de compartir sus conocimientos acumulados para resolver problemas sociales de manera sistemática.
En los Estados Unidos, la más reciente universidad en enrolarse en la educación para los mayores es Stanford con el llamado Instituto para Carreras Distinguidas (DCI por sus siglas en inglés), diseñado para proporcionar a líderes distinguidos la oportunidad de aprovechar sus conocimientos y experiencia en las siguientes etapas de sus vidas, explorando formas de traducir sus talentos, habilidades en esfuerzos diseñados para crear un mundo mejor. Este programa se lanzará en Enero de 2015 con 20 participantes que tendrán acceso a las aulas universitarias. También se les enseñara a vivir una vida más sana con alimentación, ejercicio y actitud apropiados, reflejando la filosofía de su fundador Philip Pizzo, ex rector de la Escuela de medicina de Stanford.
Ambas universidades, Harvard y Stanford, dirigen sus esfuerzos a audiencias élite, a personas que ya tienen el deseo de superarse y prepararse mejor, hambrientos de estimulación intelectual o de retomar una carrera universitaria y que buscan una comunidad que los entienda y organice en el tiempo adecuado, en una zona segura que les de la preparación para una de las etapas más importantes de sus vidas.
En México existen millones de personas que entran a la etapa de la Tercera Edad (cada día más de 800 personas cumplen 60 años) sin un rol claro que jugar en la sociedad y con muy vastas posibilidades de desarrollo. Por lo anterior es urgente crear en nuestro país y región, versiones democratizadas de los programas descritos anteriormente, y ofrecerlas a costos alcanzables, con programas de educación continua.
Desarrollar una versión robusta de escuelas para la tercera edad sería bueno, no solamente para quienes ya pintan canas, sino también para las personas que llegan a los cuarentas con deseos de prepararse muy bien para la Tercera Edad. Con más de 290 mil personas por año, debemos dar una nueva clase de educación a este segmento emergente de rápido crecimiento. En La Laguna ya existe un grupo de personas encabezando esta iniciativa de la Universidad de los Mayores para los más de 120 mil personas de la tercera Edad que viven en la zona metropolitana. Amigo y amiga lectores, únanse a esta iniciativa!Saquémos a La Laguna de su letargo.