Monarcas paró en seco la marcha ganadora de Pumas al vencerlo 3-1 en partido que abrió la fecha 10 del Clausura 2014. (Jam Media)
Y les pusieron freno. Morelia estrenó técnico interino, en la persona de Roberto Hernández, le puso más corazón que táctica y dio cuenta de los hasta hoy embalados Pumas, al son de 3-1.
El cuadro auriazul llegó al Morelos con seis juegos sin derrota y los Monarcas con la losa de dos derrotas consecutivas, lo que le costó la cabeza al técnico Eduardo de la Torre. Pero a la hora de la verdad, en el rectángulo verde, el pasado no importó, sólo el presente andante y otra historia se escribió.
El script fue dramático. Pumas se fue al frente con un gran gol de Martín Bravo, quien de remate acrobático mandó el balón al ángulo (44), para volver a la senda anotadora, tras dos encuentros sin marcar.
Morelia bailó en piernas, como boxeador a punto del nocaut, hasta que los jóvenes dieron la cara con otro golazo, ahora obra de Armando Zamorano (53). De ahí comenzó el regreso. Duvier Riascos resucitó con un tanto de cabeza (63) y Héctor Mancilla se quitó la maldición de no anotar en el torneo, después de una gran jugada de Egidio Arévalo (89), para finiquitar el marcador.
Así Morelia volvió a la lucha. Los tres puntos lo meten en zona de calificación al sumar 12, en tanto que Pumas se quedó en 14, a la espera de que en el resto de la jornada no lo tumben del tercer lugar.
Por garra no quedó. José Luis Trejo le ha inyectado eso, garra a unos Pumas que por muchos años naufragaron en la impavidez. Como siempre los universitarios iniciaron con la intención de comerse el partido, de acosar al rival, de hacerlo sudar, de hacerlo sufrir.
Y de inicio lo consiguió. Morelia, que tuvo en la banca a Roberto Hernández como técnico interino, a la espera de que llegue David Comizzo u otro en cartera, resintió tanta inestabilidad técnica, y cuando vino el gol de Bravo, al término del primer tiempo, simplemente lucieron como derrotados.
Pumas se regocijó. Comenzó a llegar, pero también a fallar, Diego Lagos no aprovechó la oportunidad que pidió a gritos y falló las que tuvo para matar.
Y COMO MUERTO REVIVE
A Morelia pareció que le llovía en serio. Las lesiones provocaron cambios, pero esos cambios ayudaron al final, sobre todo cuando Egidio Arévalo ingresó.
El uruguayo, exponente auténtico de la garra charrúa, echó el equipo al frente. Hizo que los jóvenes se dedicaran a crear y él a parar al rival. Y eso les resultó.
Vino la gran jugada de Zárate, que culminó Zamorano. Golazo que volvió el color al cuerpo del equipo michoacano. Pumas se conformó con el empate, Morelia quiso la victoria. Y como era noche de muertos vivientes, volvieron a la vida los zombies que juegan en su delantera. Primero Riascos, luego Mancilla y la victoria se concretó.
Le pusieron freno a los Pumas. Unos Pumas que no supieron aprovechar su buen momento. Quizá la única noticia para llevar a casa es que Leandro Augusto al fin cumplió su partido 350 con la camiseta de un cuadro auriazul que esta noche fue detenido en seco.