La administración municipal, encabezada por Miguel Ángel Riquelme recibió el Ayuntamiento de manos de una de las gestiones, la de su correligionario Eduardo Olmos, más desafortunadas y destructoras del patrimonio y el bienestar de los torreonenses en la joven historia de la ciudad, consideró el diputado federal del PAN, Marcelo Torres Cofiño.
Dijo que el compromiso de Riquelme, más con su partido que con su ciudad, lo ha llevado a no reconocer públicamente el desastre que le fue heredado, lo que ha derivado claramente en dos consecuencias negativas, como la impunidad para quienes dañaron Torreón y empeñaron el futuro de sus habitantes, y la falta de un diagnóstico claro que brinde sentido a sus decisiones.
El legislador dijo que las acciones tomadas por el alcalde no han sido capaces tampoco de romper con los mismos intereses perversos que llevaron a Olmos a arrasar con el patrimonio de los torreonenses.
"Me refiero a la imposibilidad de trabajar bajo una agenda autónoma, que no se subordine de manera dócil a los deseos de quien funciona como su verdadero jefe, el gobernador de Coahuila Rubén Moreira", expresó.
"Tal vez la muestra más palpable de que las cosas de fondo no han cambiado en Torreón durante el año que lleva al frente de la administración del ingeniero Riquelme, sea el contrato de concesión del Alumbrado, en donde se acomodó todo para favorecer a una empresa".
Revisión. El diputado dijo que el alcalde recibió el Municipio en desafortunadas condiciones.