Amado Illarramendi Fierro. Guardia de Honor en Matamoros , Coah. 1924.
Este insigne lerdense acumuló y conservó un importante acervo histórico de la vida social, económica y cultural de Ciudad Lerdo y de la región Lagunera. Como escritor produjo excelentes trabajos, casi todos de carácter histórico. Publicó crónicas sociales sobre hechos relativos al esplendoroso pasado de nuestra ahora "ciudad", revelando cómo, a fines del siglo XIX Lerdo fue en realidad "el País de La Laguna". Dio luz a las actividades culturales de familias enteras que amaban la música, el teatro, la pintura, la danza y, aunque todo se caracterizaba con las peculiaridades del porfirismo dominante, tal circunstancia no le quita valor cultural.
Fue un defensor de la historia y amante de su pueblo, hombre valioso y valiente que, en cualquier otra ciudad pudo haber vivido con el honroso título de Cronista de la Ciudad y de la Región. Respaldaba sus noticias con sus propios documentos, y muchos otros datos que, a los estudiosos los pone en conocimiento de nuestro pasado.
Amado Illarramendi Fierro, nació el 13 de Septiembre de 1882, en la Villa de Lerdo de Tejada, sus padres fueron Cecilio Illarramendi y Lucrecia Pérez, y desde luego don Amado era descendiente del héroe de la Reforma y de las luchas en contra de la Intervención Francesa, el General de División don Donato Guerra, quien fue tío abuelo en línea directa, personaje de la historia que radicó en el Rancho de San Fernando.
Illarramendi, desde su temprana edad se le manifestó su innata vocación por la enseñanza, egresando a una prestigiosa Escuela de Guadalajara en el año de 1903, donde estudió y alcanzó el título de maestro normalista, en la que fue compañero por un tiempo de don José Vasconcelos. Ejerciendo su desempeño como Maestro Rural impartiendo clases en la desaparecida Escuela Primaria Juan Manuel Flores en Lerdo y fue Subdirector de la misma. Francisco Sarabia Tinoco sería uno de sus principales alumnos. Así como también de las escuelas Leandro Fernández y Superior de la Ciudad de Lerdo. Más adelante Director de las instituciones educativas de Tlahualilo y de Dinamita, Dgo.
Para 1906, al inquieto lerdense a la edad de 24 años se interesa por introducirse al pasado de su pueblo del siglo XIX. Su primera idea fue solicitar una copia certificada del Archivo Municipal de Lerdo, de la ceremonia oficial de la colocación de la primera piedra del Reloj Público que fue construido en 1889, documento muy valioso que da testimonio de tan importante hecho.
A don Amado Illarramendi le tocó vivir el período de la Revolución Mexicana, en la que algunos historiadores consignan que participó activamente en el levantamiento revolucionario de 1910 la noche del 20 de noviembre, movimiento encabezado por el lerdense Jesús Agustín Castro. Sobre este hecho no existe testimonio de que asevere su realidad. Pero sí soy testigo de que el mismo Epitacio Rea Flores en su autobiografía no lo consigna la participación de los 35 guerrilleros. Lo que si Illarramendì en su currículo da parte que en los años de 1913 a 1915 prestó sus servicios en ese hecho histórico revolucionario con el grado de Mayor y encargado de la Oficialía de Partes, a las órdenes directas del General de la División Francisco Villa.
Posterior al movimiento revolucionario, continuó ejerciendo la profesión de educador, siendo director de la Escuela No. 3 de Gómez Palacio, Inspector Provisional de la 3ª. Zona Escolar y Director de la Escuela Superior de Gómez Palacio, Dgo. Dado a su gran espíritu de servicio de 1918 a 1920, Illarramendi estuvo en el cargo como Secretario del Ayuntamiento y Tesorero Municipal del Municipio de Lerdo, colaborando con el entonces presidente Municipal, el Sr. Juan Sánchez, habiendo hecho varias defensas en beneficio del pueblo de Lerdo, como el conflicto del alumbrado público y la compañía de luz.
Cuando el general Francisco Villa entregó las armas y se concentró con su gente en la Hacienda de Canutillo, Dgo, creó la Escuela para niños con el nombre de "Felipe Ángeles", fue entonces que "El Centauro del Norte": solicitó los servicios como profesor a Illarramendi Fierro, invitando también al profesor Rodolfo Rodríguez Escalera, en el año de 1921. Al asesinato de Villa en el año de 1923 el Profesor Illarramendo en 1924 pasa a formar parte del Ayuntamiento de Matamoros, Coahuila, como Secretario del Ayuntamiento y el 8 de septiembre de ese mismo año hace guardia de honor ante los restos mortales de los héroes Martín Ortiz y Juan de la Cruz Borrego.
Al terminar como funcionario en Matamoros, Coah., a partir de 1924 y hasta el 31 de diciembre de 1947, se desempeña como Director de Escuelas Federales, regresando a su ciudad natal Lerdo, en el año de 1944, fecha en que se conmemoraba el cincuentenario de la elevación de Villa Lerdo de Tejada a Ciudad.. Con ese motivo el Profesor Illarramendi, ofrece una conferencia sobre las historia de la Ciudad, apoyado en su obra escrita "Bosquejos Históricos de mi Pueblo", dándole fuerza para que fuera designado como primer historiador de la Ciudad de Lerdo.
Illarramendi se distinguió en vida como un destacado educador, fue además un íntegro revolucionario y sentó también plaza de periodista viril, publicó un gran número de artículos periodísticos en la Revista "Nueva Patria" de Lerdo, en el año de 1934, relacionados con la difusión de la historia. Sin quedar fuera de los medios impresos de la localidad, como periódicos, revistas y conferencias ofrecidas en el desaparecido "Club Caballeros Reales" de Lerdo, en los años de 1956 a 1958. La gran amalgama de datos históricos difundidos por el profesor Amado Illarramendi Fierro fueron utilizados por reconocidos historiadores laguneros como Don Eduardo Guerra, de Torreón, Coah., así como de otros escritores, quienes se basaron en la información de que disponía el profesor Illarramendi, aunque íntegramente ninguno de ellos le haya dado crédito a su autoría.
Pocas personas saben, muy a pesar de que el hecho por sí solo debería ser motivo de orgullo popular, que don Manuel José Othòn, el altísimo poeta, que vivió durante muchos años en Lerdo; Illarramendi lo conoció y se relacionó con él y guardó documentos y recuerdos relativos a las actividades del vate potosino. Conferencistas y escritores, buscaron al profesor y éste les proporcionó materiales para sus conferencias y sus trabajos sobre el glorioso poeta potosino.
Por muchos años el profesor fue relegado e incomprendido por las autoridades y políticos, que a sus 80 años de edad, había sido completamente desamparado, a pesar de que gran parte de su vida le dio educación al pueblo. El Profesor Illarramendi enfermó de asma y la falta de alimento lo dejó casi inútil, cansado, cargado de penas, ignorado e incomprendido y abandonado el valiente historiador y cronista, el que dio motivo de muchas satisfacciones para la ciudad, murió en la más completa miseria en Ciudad Lerdo, Dgo., a las 12 horas del sábado 24 de Abril de 1965, en uno de los cuartos de la casona, ubicada en la esquina de Allende y Francisco Sarabia, donde se encuentra actualmente la tienda de abarrotes. Un breve cortejo fúnebre lo acompañó hasta el Cementerio Municipal.
La comunidad está en deuda con este maestro e historiador, a él se le ha hecho menos como precursor de la cultura a nivel municipal y regional. Nuestro pago a la deuda que tenemos con el maestro, es de darle el nombre a algún centro cultural de la ciudad, en reconocimiento a su gran trayectoria. Su lucha por recuperar la historia no fue infructuosa, pues en sus bosquejos escritos, nos hemos basado para recomponer la historia. Profesor los ciudadanos de Lerdo lo recordaremos siempre con afecto.