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CRÓNICA LERDENSE

Catarino Navarro Urías

Catarino Navarro Urías, al centro, rodeado de familia 1918.

Catarino Navarro Urías, al centro, rodeado de familia 1918.

JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA, CRONISTA OFICIAL DE LERDO

Este insigne lerdense fue uno de los hombres importantes en la historia de la Región Lagunera de Durango, desde muy joven se preocupó por el bienestar social de los habitantes del pueblo de la Hacienda de San Fernando. Se le reconoce como un distinguido ciudadano apasionado por las ideas liberales, siendo testigo de la guerra de Reforma, conoció a personajes distinguidos como a Donato Guerra y saludó de mano a Benito Juárez García en Mapimí. Con esfuerzo y cariño construyó la primera infraestructura urbana en la Comarca Lagunera. Luchó contra el conservador Juan Nepomuceno Flores. Impulsó la conquista del desierto indómito, donde aprovechó su ingenió para utilizar al máximo los elementos humanos y materiales, improvisando servicios que no parecían propios de la naturaleza, al abrir grandes extensiones de tierras al cultivo. Fue un talentoso agricultor y emprendedor, dio solución social, económica y política, con lo que logró una mejor calidad de vida de los habitantes de su pueblo que tanto quiso.

Este ilustre ciudadano lerdense nació el 29 de abril año de 1831 en la Hacienda de San Fernando, desde muy joven contaba con grandes talentos para la agricultura, la cual pone en práctica para abrir labores de cultivo. A los 33 años de edad se ganó la voluntad de sus ciudadanos nombrándolo como octavo Jefe de Cuartel de la Hacienda de San Fernando. Don Catarino Navarro en aquel entonces era propietario de una finca en la esquina de lo que hoy avenida Juan E. García y de la calle Miguel Hidalgo, ubicada en la entonces hacienda. En su carácter de Jefe de Cuartel fue precursor en año de 1864 para que la Hacienda fuera elevada a Villa Lerdo de Tejada, petición que solicitó a don Benito Juárez García, en su estancia en la Villa de Mapimí, con motivo de su paso por la región.

De acuerdo con el decreto signado por el Lic. Benito Juárez García para la fundación de la Villa Lerdo de Tejada del año de 1864, don Catarino Navarro y sus compañeros llevaron a cabo la creación de la Villa Lerdo de Tejada, asentamiento humano del Siglo XIX que nació ampliándose su zona urbana al poniente del pueblo de la hacienda, que se encontraba en la orilla izquierda del Río Nazas y en plena época de la invasión francesa. Gracias a la buena disposición y al entusiasmo ciudadano Don Catarino fue nombrado Primer Jefe Político quien para el mejor desempeño de su trabajo asignó como auxiliares a Canuto Gamboa, Silverio Antúnez, José Antonio Estens, como miembros de la Junta Municipal.

Aquí se inicia el despegue del desarrollo de esta patria chica, que para 1865 los valientes precursores con visión de trabajo, proyectaron un modernísimo cuadro urbano dándole un importante trazo y un alineado perfecto a calles y avenidas, comisionando para levantar el plano de esta Villa, al Sr. Francisco Escudero, auxiliado por Santos Grez; quienes rayaron las primeras calles y se marcaron 120 manzanas. Se inició la construcción de las casas habitación, el templo de la oración, la Plaza de Armas y Plazuela (Juárez); todo esto bajo la dirección del agrimensor Barbachano.

No satisfecho con estas obras, Catarino Navarro mandó traer de "Valle de Allende", Chih., preciosos fresnos, y del Cañón de Fernández, álamos, embelleciendo las plazas y las calles. A las cuales dotó a las avenidas y calles de acequias, surtiéndoles aguas ricas en limo del río Nazas, colocando plantas ornamentales consistentes en flores, que engalanaron el aspecto urbanístico. Se edificó la primera planta del palacio municipal, destacándose una interesante interlocución al hacer la inauguración el 5 de Mayo de 1866.

En 1867 fue el gestor para que a la Villa se le reconociera oficialmente su Fundo Legal, logrando así poner a disposición de sus habitantes los lotes de terrenos, expropiados por decreto 62 del 24 de junio del año referido, a la hacienda de San Fernando de Avilés y publicado el 4 de Julio de 1867, dándole la categoría como "Municipio", teniendo como cabecera la "Villa Lerdo de Tejada" y en 1871 entregó títulos de propiedad de los terrenos.

Don Catarino era un hombre fuerte y saludable, alto, arrogante, de tez blanca, pelo castaño ondulado, ojos verdes, poblados de largas pestañas y cejas espesas, con mirada inteligente y penetrante, barba crecida, con la característica de un gran patriarca. Casado en tres ocasiones. Uno de sus patrimonios lo realizó en 1883 casándose con Narcisa Meza, procreando 3 hijos; Jesús, Sara y el tercero murió al nacer. La abuela materna de Narcisa fue la Sra. Anselma Martínez, rica propietaria de haciendas ganaderas y algodoneras; como Granada, Porvenir, Providencia, La Purísima y La Estrella, que fueron administradas por don Catarino, junto con Eureka. Fundó la Estrella, la Jarita, Gatas Mochas, principalmente para el cultivo del algodón.

El 9 de septiembre de 1889, adquirió don Catarino de Juan Francisco Flores (hijo de don Juan Nepomuceno Flores), la fracción número 4 de "San José de Los Álamos" y el predio "Santa Margarita". Ambos situados al Noroeste del Municipio de Mapimí, Dgo., terrenos muy escasos en precipitación pluvial. Sin embargo el hombre valeroso y arrojado pretendía cosechar grandes toneladas de algodón y trigo y la cría de ganado. Aquí construiría una serie de presas y perforaría un pozo de agua.

Antes de 1896 aparecía ya como dueño de la hacienda de La Flor, donde tenía como administrador al Sr. José Francisco Castro, quien fuera padre del extinto Jesús Agustín Castro Ribera, quien participara en el primer brote revolucionario en 1910. En esa fecha don Catarino cumplía 68 años de vida, el cual se sentía satisfecho de lo que había logrado en el desierto, refiriéndose a su hacienda de La Flor, en la cual contaba con noria, casa grande, cuadrilla para los trabajadores, instalaciones para el ganado: 3,000 cabezas de bovino, 540 de equino y 9,150 caprinos y animales de corral. Aparte de estas propiedades, atendía también una planta despepitadora, que la accionaba con leña de mezquite.

Don Catarino Navarro, aun con su crecida barba blanca que lo distinguía, murió a los 94 años de edad, el 1o. de julio de 1925, en la Cd. de Lerdo, Dgo. A sus honras fúnebres concurrió una gran multitud de personas a despedirlo al cementerio de la ciudad. En su sepultura fue colocada una bonita lápida esculpida en mármol italiano de Carrara, que por ironías del destino poco a poco fue destruida y sus piezas sustraídas. Hoy su tumba está protegida por una base de material y colocada una simple y austera loza de mármol en forma sencilla.

El 6 de junio de 1925 le fue asignado su nombre a la antigua calle Reforma, como reconocimiento, pero ese pequeño recuerdo pronto quedó en el olvido pues el 14 de febrero de 1928 se le regresó el nombre de Reforma.

El 8 de septiembre del presente año se cumplen 150 aniversario de la Fundación de la Villa Lerdo de Tejada y el 16 de noviembre será el 120 aniversario como Ciudad, fiestas en la que se puede aprovechar para realizarle un merecido homenaje a don Catarino Navarro, restaurar su humilde sepulcro a un digno mausoleo, nombre a una calle y levantarle un monumento, adquirir y recuperar la casa de donde vivió y crear un centro cultural en su memoria, Así debemos de pagar los lerdenses al ilustre personaje quien se desvivió en servirnos. Es necesario valorizar en la correcta medida la obra desinteresada y comprobada de don Catarino Navarro Urías, y dejar un testimonio de gratitud y cariño que se ganó con creces.

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