Columnas Social columnas editoriales SOCIALES

Crónicas de viaje

Córdoba 2

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

Aquí no hay que despertarse temprano porque ni las gallinas ponen. Si piensas desayunar a primera hora para estar listo al tiempo de que los museos abren, no encontrarás sitio antes de las nueve o de las diez. Temprano, puedes caminar por la ciudad y por los puentes. Darte cuenta de cómo la gente sale a ejercitarse o a pasear a los perros. Segundo, no encontrarás café a la usanza de los Vips o Martins, no los conocen. El café es como el expreso en tazas chicas. Dicen que aquí sí sabe a café.

Bueno, al tener que caminar mucho, me tocó desayunar una tostada con aceite de oliva, tomate y jamón serrano. Suculento desayuno. Después, a visitar la torre de la Calahorra.

Experiencia filosófica. Desde el principio, te advierten que se trata de presentar un sentido de la vida. El antecedente del Renacimiento, cuando se intentó unificar los tres pensamientos fundamentales del hombre: el filosófico, el científico, y como corolario, el religioso, con la singularidad que en este tiempo, Siglo XII o XIII, no se veía mal la religión del otro, sobre todo las monoteístas: Judíos, árabes y cristianos.

Te dan los principales pensamientos de Maimónides, Averroes, ibn Al-Arabi y de Alfonso X, y todos concuerdan en lo mismo, que los pensamientos no deben de estar peleados entre sí; de algún modo, buscaron unificarle. Eso no pasó de ser un deseo. Posteriormente, se volvieron enemigos irreconciliables; los pensamientos y las religiones.

Lo demás que te presenta la Calahorra, es el contacto científico entre oriente y occidente que todos conocemos.

Antes, ya había recorrido las murallas romanas. Después, me encaminé hacia el Alcázar. Si aquí me saltó el corazón ¿qué me va a esperar en Granada? Jardines y fuentes son el resultado de un sentido de la vida. Eso me lo han explicado en la Calahorra. La fuente tiene un sentido místico y va más allá que producirte la paz del espíritu. Los cristianos respetaron los patios centrales de los musulmanes y sus fuentes, y su amor a las flores. Estás ahí y sientes la paz del espíritu. En algo debían de tener razón aquellos filósofos; intentaron darle la vida el antecedente de la gloria.

Me adelanto a las críticas. Estoy hablando de las clases superiores y a lo mejor me olvido del pueblo. Yo, en este momento, soy parte de ese pueblo y agradezco la oportunidad de poder disfrutar estas maravillas, por lo menos por un instante. Si no representan lo místico, al menos hablan de la grandeza del hombre. Lo que es capaz de hacer, imaginar, aventurarse.

En este lugar, Colón estuvo en pláticas con Isabel para que lo apoyara en su búsqueda por la ruta corta a Asia. Ya sabemos que se le cruzó América y nunca lo supo.

Bofetada mística, La Calahorra, bofetada estética urbanística, el Alcázar. Para seguir con la historia, me fui al Museo de Antropología. Córdoba es la conjunción y capital de varias culturas: Ibérica, Romana, Visigótica, Musulmana y lo que llamamos Española, que no es más que la Visigótica renovada. Sería como un símil de la raza cósmica de Vasconcelos; faltarían las culturas indígenas americanas. (Ahora que me lo pregunto, no se han mencionado a los cartagineses; a lo mejor, no anduvieron por esta región).

De los romanos, principalmente presentan lo que era el teatro, cómo los construían, la tramoya y las obras que representaban. Algo que me sorprendió era que los jardines de que hemos hablado se construían también en los teatros atrás del foro, para que el público disfrutara en los intermedios. (Buena idea para el Martínez o el Nazas)

Por la experiencia de ayer, comí a las horas debidas, un bacalao frito, no tan celestial como el navideño, pero a fin de cuentas, bacalao. Después, a recorrer la judería y encontrar el museo taurino cerrado. Entiende tú a los españoles.

La ciudad está para que la vuelvas a recorrer. La plaza, como la de Madrid y la de Ávila, rodeado de restaurantes. Multifamiliares de tres pisos.

Es hora de tomar un descanso. Mañana viajo hacia Sevilla.

Nota: Recorrí el Córdoba moderno. Calles cerradas; bastantes calles cerradas al tráfico; aunque pasa uno que otro coche. Mucho movimiento comercial. Mesas exteriores en todos lados. Te puedes sentar a ver gente. Le gustaba a mi padre.

Leer más de Columnas Social

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1014401

elsiglo.mx