Cruz Azul no se esforzó mucho pero hilvanó su séptimo triunfo, cortó la racha imbatible del Querétaro en el Estadio Corregidora, mantuvo su invicto y la cima de la clasificación general al ganar anoche 3-1. (Jam Media)
No hay quien lo pare. Cruz Azul sigue imbatible y se acerca cada vez más a su mejor racha de triunfos consecutivos, que es de 10, obtenida en la lejana campaña de 1971-72. Con siete victorias, sumando el 3-1 de ayer por la noche contra Querétaro, tiene ya 22 puntos, por lo que se afianza en la punta.
Fue la noche de Rogelio Chávez. El lateral, que estaba borrado por Memo Vázquez, recobró vida de la mano de Luis Fernando Tena. Dos goles, uno de penalti y otro espectacular -adelante de media cancha, aunque fortuito- dio a los Cementeros el triunfo. Mauro Formica aportó otro tanto y se afianzó en la titularidad.
Volvió a salir la casta de parte de Cruz Azul durante el primer tiempo. Y es que en la mayoría de los primeros 45 minutos, La Máquina manejó los hilos del encuentro, sin tener la pelota, pero generando las situaciones de peligro.
La franja derecha, la de Rogelio Chávez, fue la favorita para atacar. En combinación con el ecuatoriano Joao Rojas, el lateral fue quien más tocó la línea de fondo, mas el pase final no era el correcto... o muy corto o muy largo.
Querétaro quiso jugar a lo que sabe: a tener la pelota y a explotar la dinámica de su media cancha, pero la férrea marca cementera lo secó. Hasta que vino el error.
Llegó un centro a pelota parada, de esos que desubican a los centrales. Ahí apareció el brasileño Ricardo da Silva, para -con remate de espalda a la portería- vencer a Corona (25).
Cruz Azul, herido, reaccionó. Ahora fue por la izquierda por donde intentó generar oportunidades. Fabián tiró y el balón se estrelló en la mano de Yasser Corona. Penalti que Chávez, infalible en estos tiros, concretó al centro de la portería (36).
Querétaro intentó reaccionar a base de rudeza. A esto, Cruz Azul contestó con un largo servicio, que le cayó a Formica, quien fusiló a Hernández de botepronto (43).
Y la fiesta terminó de la mejor forma cuando Chávez, el héroe del partido, al tratar de despejar adelante de media cancha, metió el balón en la portería de Hernández (88).
CONATOS DE VIOLENCIA
Hubo conatos de violencia en La Corregidora. La porra del Querétaro, ubicada en una de las cabeceras, lanzó tres cohetones hacia donde estaba instalada una pequeña fracción de aficionados cementeros.