Reunión. El embajador en Rusia, Vitaly Churkin, después de una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El Consejo de Seguridad de la ONU mantuvo ayer una tensa reunión sobre la crisis ucraniana, en la que Rusia y las potencias occidentales se cruzaron reproches y acusaciones y no lograron ningún punto de compromiso.
Estados Unidos y el Reino Unido atacaron con dureza a Moscú por su intervención militar en territorio ucraniano y le exigieron dar marcha atrás, mientras que el embajador ruso defendió las medidas tomadas por el Kremlin y acusó a Occidente de estar detrás de la actual inestabilidad en Ucrania.
El encuentro, solicitado de urgencia por Reino Unido, arrancó con un importante retraso, después de que las dos partes se enzarzasen sobre el formato que debía utilizarse.
Las potencias occidentales presionaron para tener un debate en abierto, mientras que Rusia sólo quería una sesión a puerta cerrada, según dijeron fuentes diplomáticas.
Finalmente, los miembros del Consejo mantuvieron una breve reunión accesible a las cámaras -en la que también intervino el embajador ucraniano- y luego pasaron a consultas en privado.
Las intervenciones de todas las partes dejaron claro el abismo que separa las posturas de Occidente y de Moscú en todo lo referente a Ucrania, mientras que China -el otro miembro permanente con derecho a veto- no intervino.
Estados Unidos, consideró fundamental el envío de una misión de mediación internacional a Crimea.