Como en toda construcción hay que empezar por los cimientos; en el mundo del dinero la base de tooooooodo lo que hagamos debe de ser regido por algo denominado "Presupuesto". El presupuesto es rey; un dictador, que manda y determina hasta dónde podemos estirar la liga de nuestro dinero sin figurarla o romperla. Si lo respetamos, el presupuesto será nuestro amigo y aliado. En cambio, si no lo respetamos, o si queremos darle un golpe de estado, la liga pudiera tensarse de más o peor, podría romperse metiéndonos en serios problemas. Es como entrarle a las patadas con Goliat, pero sin piedra en mano… la única forma de no salir ileso es llevar la fiesta en paz.
A diferencia de Goliat, a un presupuesto no hay que tenerle miedo, sino respeto. El presupuesto será el salvador de nuestras finanzas personales; una tabla de ingresos y gastos que nos ayudará a identificar cómo movemos y en qué gastamos nuestro dinero para así optimizarlo para que nos rinda.
Antes de empezar, si tienes pareja involúcrala. Es importante que el presupuesto se realice conjuntamente para llegar a acuerdos y compromisos que le den soporte y viabilidad al los cimientos que estamos por construir.
Comencemos identificando nuestros ingresos fijos de cada mes, como el salario o una pensión; nótese que hay que considerar el sueldo neto y no el bruto; es decir el dinero que nos queda después del pago de los impuestos.
No incluyas los ingresos variables como comisiones, bonos, propinas, o reparto de utilidades, ya que éstos no están garantizados.
Entonces, ¿dónde entran los ingresos variables en el presupuesto? Estos podemos destinarlos para hacer pagos adicionales a créditos que tengamos vigentes y/o para crear un ahorro o para la inversión.
Una vez que tenemos nuestros ingresos fijos listos, el siguiente paso es identificar los egresos, es decir nuestros gastos. Hay dos tipos de egresos; los fijos, es decir aquellos de los que no podemos prescindir y los variables que le dan el sabor al estilo de vida que cada quien lleve. Éstos últimos los podemos recortar, evitar, moderar o eliminar, liberando recursos para otras cosas más importantes.
Gastar menos en los variables, o usar de forma más eficiente los servicios, no es motivo de vergüenza, sino de orgullo por ser responsable.
Otro consejo para tener más dinero disponible es eliminar los gastos hormiga. Experimenta llevando un mes una lista detallada de todo lo que compras y verás por dónde se te fuga el dinero.
Volviendo al tema del presupuesto, suma también a tus gastos la mensualidad que debes destinar para el pago de tus compromisos crediticios. Para ver un resumen y el estado que guardan tus créditos pide tu Reporte de Crédito en la página de Internet www.burodecredito.com.mx; es gratis una vez cada 12 meses,
Muy bien, ya tenemos toda la información que necesitamos; a tus ingresos réstale el total de los egresos y los pagos que debes a tus créditos, así verás tu balance, es decir el dinero que te sobra.
Si en este momento del presupuesto ya quedaste en números rojos o tablas es imperativo replantear tus gastos y/o buscar una fuente de ingresos adicional o mayor.
Tus gastos no deben de superar tus ingresos, así tendrás siempre un saldo a favor.
Tener dinero restante en esta etapa del presupuesto es de suma importancia, ya que para tener finanzas sanas a largo plazo necesitarás dinero de sobra para poder ahorrar, para invertir, para crear un fondo para imprevistos y emergencias, para comprar seguros, y para tener la capacidad de pago necesaria para sacar un crédito si así lo deseas.