En el mes de diciembre es común que se den excesos en el comer y el beber, pero sobre todo en el consumo de alimentos de alto contenido calórico. (ARCHIVO)
En la época invernal es importante hacer algunas adecuaciones en la dieta para evitar ganar peso y reducir posibilidades de desarrollar enfermedades respiratorias, las cuales incrementan esta temporada.
En el mes de diciembre es común que se den excesos en el comer y el beber, pero sobre todo en el consumo de alimentos de alto contenido calórico (atole, tamales, ponche, buñuelos, etcétera).
En especial las personas con alguna afección crónica asociada al metabolismo, como diabetes, deben tener especial cuidado en los excesos característicos de la temporada invernal para evitar descompensaciones que pueden llegar a ser mortales.
Para evitar enfermedades respiratorias, además de la aplicación de vacunas, es importante que en invierno se consuman alimentos ricos en vitaminas A y C, conocidas ambas por promover el fortalecimiento del sistema inmunológico o de defensas del organismo.
Se recomiendan frutos cítricos como naranja, limón, mandarina y toronja, al igual que guayabas, uvas y zanahorias, así como vegetales verdes que por su contenido de vitaminas y minerales contribuyen a reducir el riesgo al desarrollo de infecciones respiratorias.
Los jugos deben consumirse dentro de los primeros 20 minutos de haber sido preparados, porque así se obtiene un mayor aprovechamiento de los nutrientes que contienen.
Personas con diabetes y adultos mayores deben evitar excesos, ya que por el deterioro propio de la edad no metabolizan adecuadamente los alimentos, lo que puede llevarlos a complicaciones.
Se aconseja no olvidar la ingesta de agua, pues a mucha gente se le olvida tomar agua sobre todo en invierno y esto puede provocar deshidratación y las complicaciones que en mayor o menor grado pueden derivar de la misma, dos litros de agua como mínimo, son recomendables.
Se debe recordar que hacer cinco comidas al día, repartidas en tres principales y dos colaciones de frutas (una entre el desayuno y la comida y otra entre ésta y la cena), contribuye a que el metabolismo se acelere y nuestro organismo trabaje más rápido, lo cual nos hará tener mayor energía y menor sensación de sueño o cansancio.
