Apoyo. El barrio pobre de Liberia que fue cercado a causa del ébola recibió ayer alimentos y agua. (EFE)
Funcionarios de gobierno entregaron aye jueves bolsas de arroz y agua potable a vecinos de un barrio pobre de la capital de Liberia donde decenas de miles de personas son mantenidas aisladas en un esfuerzo por detener la propagación de ébola.
Cooperantes de asistencia internacional advirtieron que se necesita más ayuda porque el país está luchando no sólo contra la enfermedad infecciosa sino también con hambre, en momentos en que restricciones de viaje han impedido que lleguen alimentos a partes de la capital.
En el tenso barrio de West Point, cientos de vecinos hicieron fila para recibir provisiones del gobierno un día después que las autoridades los aislaron con alambre de púas en un bloqueo que impidió a comerciantes entrar o salir.
Los precios estaban aumentando rápidamente en esta comunidad ubicada en una península, donde el precio del agua aumentó cuatro veces en cuestión de días en los barrios pobres en medio de alta temperatura y humedad.
"Por el momento West Point está paralizado por completo y en situación de anarquía", dijo Moses Browne, quien trabaja para el grupo de asistencia Plan Internacional en Liberia.
"Necesitamos alimentos, necesitamos agua", señaló, apelando al apoyo internacional. "No sólo estamos combatiendo el ébola, también estamos combatiendo el hambre".
Liberia está siendo golpeada fuertemente por el temido virus, que ha matado 1,350 personas en África Occidental, con 576 muertes registradas hasta el momento en su territorio.
Varios condados y distritos en Sierra Leona y Liberia han sido acordonados y existe preocupación de que esto esté afectando el suministro de alimentos y otros artículos de primera necesidad en estas áreas. El Programa Mundial de Alimentos está preparando alimentar a un millón de personas afectadas por tales restricciones de viaje.
En Estados Unidos, dos trabajadores de asistencia que se infectaron en Liberia se recuperaron y fueron dados de alta de un hospital. Tanto el doctor Kent Brantly como Nancy Writebol recibieron ZMapp, un tratamiento experimental no comprobado para ébola.
Tres trabajadores de salud están recibiendo actualmente el mismo tratamiento en Liberia, los primeros y únicos africanos hasta ahora que han obtenido el fármaco, y estaban mostrando "señales muy positivas de recuperación", dijo a principios de esta semana el Ministerio de Información de Liberia.