Popular en su nicho, este hatchback conserva un carácter juvenil que se extiende al placer de su conducción. Líneas tenues detallan el cofre y los laterales. Su personalidad la delatan los faros que enmarcan una parrilla sobria en color negro y la toma de aire que lo hace audaz.
El diseño en la parte posterior es visualmente tosco, pero es una manera de expresar equilibrio y estabilidad. Su forma ovoide es una muestra perfecta de movilidad para situarlo en lugares recónditos de tráfico donde se mueve con más soltura que muchos otros vehículos, atributos que permiten además, encontrar fácilmente un sitio para estacionarlo, sin sufrir como suele suceder con autos de mayor tamaño.
El hábitat donde mejor se desenvuelve, es la jungla del asfalto. Sus cualidades nos mostraron que el manejo cómodo, seguro y ágil aún se mantiene presentes, y se experimentan desde que se ha puesto en ritmo. Su tradición en el tren motriz continúa con motor cuatro cilindros de 1.6 litros, que proporcionan una potencia de 101 caballos de fuerza (hp).
El encanto que se agregó al Gol I-MOTION, es la transmisión ASG de cinco velocidades, este plus transforma las prestaciones citadinas a una sensación más deportiva y estable a favor del piloto y dependiendo del modo de manejo que se seleccione.
La sensación que ofrecen las tres opciones de manejo se percibe desde el inicio. Si se quiere conducir con comodidad, el modo automático es el idóneo donde el motor revoluciona de manera inmediata, se siente una ligera pérdida de potencia a cada cambio velocidad hasta que se alcanza la cuarta, que es cuando mejor comienza a desenvolverse en la superficie. Esa tardía reacción obedece a la función "Kick Down", en donde la caja administra las revoluciones cuando se pisa a fondo el pedal, pero no se trata de una falla, más bien es parte del sistema para administrar de mejor forma la velocidad y empuje del auto.
