Un ícono. El Museo Francisco Sarabia es el más reconocido a nivel local y nacional; fue renovado y cuenta con una mejor imagen.
Los museos son otra opción para vacacionar en la Comarca Lagunera, en el municipio de Lerdo existen varias opciones para visitar durante esta temporada y promover entre los niños la cultura, llevándolos a conocer este tipo de lugares y no sólo los lugares de recreación.
Son tres lo museos con los que cuenta, dos de ellos muy cerca y ubicados dentro de la ciudad y uno más en el área rural del municipio. Se trata del Museo Chalet Gorosave, el Museo Francisco Sarabia y el Museo de la exHacienda de La Loma.
En cualquiera de los tres se encuentra parte importante y fundamental de la historia de este municipio lagunero, por ello resultan una buena opción para visitar estas vacaciones.
Al entrar a Lerdo por el bulevar Miguel Alemán, se encuentra el recientemente remodelado Museo Francisco Sarabia, en el cual se encuentra la avioneta El Conquistador del Cielo, en la cual el piloto lerdense del mismo nombre que fuera pionero en la aviación comercial.
Rompió el récord de velocidad en el vuelo Ciudad de México - Nueva York, con un tiempo de 10 horas con 43 minutos y sus hazañas en Lerdo y toda la Comarca Lagunera son memorables.
En este museo se puede encontrar la avioneta que tripulaba, pero también su vestimenta y muchas otras reliquias del piloto, así como fotografías e interesantes monografías para conocer su historia.
Durante la estancia en el Francisco Sarabia, se presenta a los asistentes, un video narrativo y descriptivo de lo que se explica la importancia del piloto y de los objetos guardados en dicho recinto.
Por otra parte, se encuentra el Chalet Gorosave, una construcción antigua de tipo francesa, que ahora resguarda objetos y documentos de la historia de Lerdo; cuenta con objetos utilizados por los primeros pobladores, fotografías de todos los presidentes municipales que ha tenido este municipio y otras antigüedades.
Este lugar en los inicios de Lerdo, se encontraba a un costado de la antigua Plaza de Toros, pegado a la barda que formaba el redondel y a las cuadrillas; aún se conserva un tramo de aquella barda en un pequeño balcón donde la vista es privilegiada.