Bebé. Un bebé disfrasado de Papa es acercado a Francisco. En la audiciencia de los miércoles.
El acceso o no al sacramento de la comunión por parte de los divorciados vueltos a casar abrió un fuerte debate en la Iglesia católica, luego que el Papa Francisco convocó un amplia consulta sobre la pastoral familia.
Una de las primeras preocupaciones del pontífice es la atención a los nuevos desafíos de la familia: la ruptura de matrimonios, la caída en el número de bodas religiosas y la cercanía a los hijos que viven situaciones distintas a las del pasado, como la homosexualidad de sus padres.
Aunque el Papa desea una reflexión amplia y que incluya temas diversos, la discusión pública se ha reducido casi exclusivamente sobre la situación de quienes están unidos en segundas nupcias, los cuales, según la doctrina católica, no pueden comulgar.
Para abordar el tema el obispo de Roma decidió convocar dos asambleas mundiales de obispos, llamadas Sínodos, que sesionarán en los meses de octubre de 2014 y 2015. Pero la semana pasada tuvo lugar un anticipo de la discusión en un encuentro a puerta cerrada con más de 150 cardenales.
Los resultados de esa primera discusión no fueron dados a conocer públicamente, pero se supo que más de 60 purpurados tomaron la palabra y que 90 por ciento de ellos se refirió al tema de los divorciados vueltos a casar, como reveló el cardenal francés Phillip Barbarin.
Simultáneamente y por instancias del Papa, a finales de 2013 la Secretaría del Sínodo de los Obispos lanzó una consulta inédita a nivel mundial sobre la situación de la familia mediante un cuestionario con 38 preguntas que incluyeron asuntos de candente actualidad como los homosexuales y los divorciados.