Recuerdan. Antes de iniciar el primer concierto, el maestro Ramón Shade dedicó el concierto en memoria del violinista Tatul Yeghiazaryán, quien fue parte de la orquesta.
Antes de mover su batuta para dar inicio al primer concierto de la segunda serie de la temporada, el maestro Ramón Shade, director de la Camerata de Coahuila, dedicó el concierto a la memoria del violinista armenio Tatul Yeghiazaryán, quien durante 15 años hizo parte de la historia de la orquesta como concertino y director.
Luego de un prolongado aplauso en el que la orquesta y el público se pusieron de pie para recordar al violinista armenio, los primeros acordes de la obra de Gluck, La obertura a Ifigenia en Aulide, abrieron la noche.
Con una sobria y elegante interpretación, el oboísta italiano Gianfranco Bortolato, solista invitado, sorprendió anoche al público lagunero.
El Concierto para Oboe de Richard Strauss, una obra clásica con cuatro movimientos, muy bien interpretados tanto por el solista como por la orquesta de la que lucieron las cuerdas, principalmente en los movimientos veloces de la obra.
"Creo que la música es un lenguaje universal que va más allá de los idiomas y las fronteras, y aunque no conocí a Tatul, me uno a este concierto dedicado a su memoria", dijo el solista invitado, Gianfranco Bartolato, luego de su interpretación.
Luego del intermedio la orquesta coahuilense cerró su primer concierto con la Sinfonía numero 1 de Bizet. Un concierto emotivo no sólo por ser el inicio de serie, sino por ser un homenaje de la orquesta a uno de sus más entrañables miembros.