El presidente Barack Obama no tiene intención de anunciar su nominado a secretario de Justicia antes de las elecciones legislativas de noviembre, blindando la nominación al politiqueo de los comicios de medio período y estableciendo al mismo tiempo una potencial confrontación de fin de año con el Senado.
Demócratas del Senado han solicitado a Obama que espere para que no surja controversia sobre si apoyarán a un nominado específico, y la demora otorga a Obama más tiempo para estudiar sus opciones.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo que el presidente no ha decidido aún quién quiere que reemplace al saliente secretario de Justicia Eric Holder, un amigo de mucho tiempo que ha encabezado el Departamento de Justicia los seis años que lleva el presidente en el cargo. Asistentes de Obama comenzaron a considerar seriamente a los candidatos hasta que Holder anunció el 25 de septiembre que renunciará cuando sea confirmado su reemplazo.
"Yo anticipo que demorará un poco más escoger a la persona adecuada para esa importante tarea", dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, quien solicitó al Senado "actuar rápidamente y de manera bipartidista para confirmar" una vez que se realice la nominación.
La Casa Blanca se está preparando para tratar de que se ratifique a un nominado en las sesiones de fin de año del Congreso, mientras los demócratas tienen aún una mayoría de 10 escaños en el Senado. Obama enfrenta la posibilidad de un reto todavía mayor para ganar la confirmación si espera a que se establezca un nuevo Senado a inicios del próximo año, porque se espera que los republicanos escaños en las elecciones de noviembre, si es que no toman el control de ese foro legislativo.
Algunos senadores republicanos han pedido a Obama que espere a hacer la nominación hasta que se establezca el nuevo Senado en enero. Los republicanos están prometiendo un fuerte escrutinio del candidato nominado por Obama después de haber tenido una serie de enfrentamientos con Holder.
El senador Chuck Grassley, principal republicano en la Comisión Judicial, que realizará las audiencias sobre el nominado, dijo que los demócratas están tratando de "evitar dejar en claro a los votantes de sus estados cuál es su postura en lo que podría ser una designación controversial".
"Este cálculo de tiempo muestra, una vez más, que el presidente y líderes demócratas del Senado están deseando jugar a la política con decisiones importantes", agregó Grassley.